La UIF estadounidense (Fincen por su sigla en inglés) solicitó a las entidades financieras que operan en esa jurisdicción estar “alerta ante la actividad financiera ilícita relacionada” con el Covid-19.
Fincen solicitó a todas aquellas instituciones financieras que se puedan ver afectadas por la pandemia de Covid-19 que se comuniquen con ellos y con los respectivos reguladores, en caso de tener “posibles retrasos en su capacidad de presentar los informes requeridos de la Ley de Secreto Bancario”.
De igual manera, el organismo aconsejó a las instituciones financieras que “permanezcan alerta sobre transacciones maliciosas o fraudulentas similares a las que ocurren después de los desastres naturales”.
Así mismo, precisó que todos los reportes de operaciones sospechosas relacionados con la enfermedad deben ser marcados con el código “COVID-19” en el campo 2 de los formatos de ROS.
De hecho, la UIF señaló que desde ya está haciendo monitoreo de informes públicos y de reportes relacionados con la ley de Secreto Bancario sobre “posibles comportamientos ilícitos relacionados con COVID-19”, entre los cuales se encuentran tres tipologías de estafa.
La primera tipología consiste en que delincuentes intentan solicitar donaciones, robar información personal o distribuir malware mediante la suplantación de organismos gubernamentales, tales como Organización Mundial de la Salud (OMS) o los centros para el control y la prevención de enfermedades.
La segunda estrategia de estafa fue alertada por la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC por su sigla en inglés), ya que hay reportes de personas que afirman –falsamente– que los productos o servicios de empresas que cotizan en bolsa pueden prevenir, detectar o curar el coronavirus.
Mientras que la tercera modalidad se basa en alertas de la Comisión Federal de Comercio de los EE. UU. (FTC por su sigla en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA por su sigla en inglés), según las cuales hay registro de empresas que venden productos no aprobados o mal etiquetados que hacen declaraciones de salud falsas relacionadas con COVID-19.