Ajustes en la metodología del Índice AML de Basilea. Imagen Freepik
El anuncio fue realizado por el propio Instituto de Basilea y obedece a la necesidad de reflejar “la creciente importancia del fraude como delito subyacente al lavado de dinero y como un riesgo que las entidades reguladas deben tener en cuenta”.
El vínculo entre el fraude y el lavado de activos cada vez es más evidente y su correspondiente gestión de riesgo se hace imprescindible.
Debido a ello, a partir de este año el reconocido Índice Antilavado de Activos de Basilea incluirá indicadores de fraude, esto con base en una actualización metodológica realizada por su equipo de expertos.
Según el Instituto de Basilea, “aunque las definiciones de fraude varían y los datos son deficientes e inconsistentes, las consecuencias sociales y económicas del fraude hacen que sea imposible ignorarlo en cualquier evaluación del riesgo de lavado de dinero”.
Creciente amenaza de fraude
Datos provenientes de Estados Unidos, Suiza, Canadá y Reino Unido muestran que el fraude es uno de los principales delitos contenidos en los reportes de operaciones sospechosas presentados por los bancos y otras entidades reguladas.
Incluso, agrega el Instituto, según la Evaluación Nacional de Riesgos de LA/FT de Estados Unidos, “el fraude sigue siendo el delito más grande y significativo que genera ingresos mediante el cual se blanquean fondos".
Por su parte, desde la Secretaría General de Interpol ya se habla de una “epidemia de crecimiento del fraude financiero, que lleva a que individuos, a menudo personas vulnerables, y empresas sean estafadas a escala masiva y mundial”.
Es tal la preocupación que organismos como el Grupo de Acción Financiera Internacional GAFI, el Grupo Egmont de unidades de inteligencia financiera e Interpol han unido fuerzas en una nueva iniciativa que busca contrarrestar los flujos financieros ilícitos derivados del fraude cibernético.
Basilea y su “enfoque pragmático”
Debido a sus características metodológicas, el Índice de Basilea se puede entender como un insumo para evaluar el riesgo de jurisdicción frente al lavado de activos y los delitos financieros asociados, así como de capacidades para enfrentar la amenaza.
Según el Instituto, debido a que el Índice no busca medir la cantidad real de actividad de lavado de dinero, “creemos que es apropiado que la metodología (…) incorpore datos sobre fraude con advertencias claras y un reconocimiento transparente de los desafíos y debilidades mencionados anteriormente”.
De igual forma, precisaron que los datos relacionados con fraude se obtendrán del Índice Mundial contra el Crimen Organizado, una iniciativa financiada y liderada por el Departamento de Estado de EE.UU. y la Unión Europea.
Los datos, que serán incluidos en el Índice a partir de diciembre de 2024, se tomarán de dos categorías: delitos financieros y delitos ciberdependientes.
Dentro de los delitos financieros se encuentran el fraude financiero, la evasión fiscal, la malversación de fondos y el uso indebido de fondos. Mientras que en la categoría de delitos ciberdependientes están el malware, piratería informática, ransomware y fraude con criptomonedas.