En esta edición infolaft le presenta 6 casos emblemáticos en los cuales el no pago de tributos, unas llamadas a los seres queridos, la captura de un hijo por un delito menor, el perfume de un contador, los malos manejos empresariales o una mala praxis médica han sido los motivos principales para la captura o dada de baja de algunos de los criminales más poderosos de la historia.
A pesar de acumular fortunas inimaginables, de controlar centenares de hombres y de ser los dueños de estructuras criminales poderosas, los mafiosos legendarios, por lo general, no han caído como producto de acciones espectaculares conjuntas entre autoridades y equipos de inteligencia de países, sino gracias a errores baladíes o a golpes de suerte.
Al Capone: Un mafioso condenado por evasión de impuestos
Alphonse Gabriel Capone, mejor conocido como Al Capone o Scarface (por la cicatriz que tenía en la cara producida por un corte de navaja en una pelea), fue uno de los mafiosos más hábiles de la historia. Tanto es así que las autoridades de Estados Unidos nunca lograron comprobarle ningún delito, salvo uno menor que implicó su caída: la evasión de impuestos.
La familia Capone inmigró a Estados Unidos procedente de Italia en 1893 y pasados 6 años del arribo a Norteamérica nació Alphonse, en el distrito de Brooklyn, Nueva York. A la edad de 15 años el joven Al, como ya se le apodaba, abandonó los estudios de primaria para empezar a trabajar en diversos comercios, pues tenía un interés muy especial en el dinero.
Durante esa época, Al conoció a mucha gente, entre los que se contaban ladrones, empresarios y mafiosos, como el gánster Jonny Torrio, quien influenció al joven a participar en bandas criminales juveniles como The Junior Forty Thieves, o Five Points Gang, la organización delictiva juvenil más peligrosa de aquellos tiempos. Pero para Al Capone una banda de niños no fue suficiente, por lo que no tardó en escalar rápidamente en el mundo del crimen.
A los 18 años ya era el guardaespaldas y el encargado de las extorsiones de los mafiosos Frankie Yale y Antonio Torelli alias ‘Tony el Malo’, y a los 20 estaba bajo las órdenes del jefe de la mafia de Chicago, James Colosimo alias ‘Big Jim’, el rey de la prostitución, el juego y el chantaje.
Al Capone. Foto public domain
Cuando ‘Big Jim’ fue asesinado en 1920, al parecer por alguno de sus hombres de confianza, Al Capone fue ascendido a coordinador de la organización y, al cabo de cinco años, terminó por convertirse en el líder absoluto de la banda. Su instinto criminal lo llevó a reclutar a la mayor cantidad de delincuentes posible en las calles de Chicago en donde desató una guerra con el fin de eliminar a cualquier otra organización criminal en la ciudad. Y cumplió su objetivo: a medida que sacaba del escenario a sus pandillas rivales, Al Capone seguía enriqueciéndose con sus redes de prostitución, de juego y de contrabando de licor en la época de la prohibición.
Al Capone siempre utilizó testaferros y compañías fachada para sus actividades criminales y procuraba que nunca hubiera un registro de ningún negocio ilícito. Todo estaba controlado y el imperio urbano de Capone, que se reducía a Chicago, parecía irreductible. La policía trató de capturar al capo para someterlo a la justicia, pero no tuvo éxito a pesar de los esfuerzos.
Sin embargo, el capo no contaba con que en 1927 el congreso de los Estados Unidos expidiera una ley que permitía auditar empresarios acaudalados para evitar la evasión de impuestos. En uno de esos procedimientos de rutina, el gobierno americano encontró unos recibos que demostraban que Capone no pagó impuestos entre 1924 y 1929 sobre los ingresos que obtenía de su negocio ilegal de apuestas, y procedió a perseguirlo por evasor.
En 1931 Alphonse Gabriel Capone aceptó cinco de los 23 cargos imputados y fue condenado a prisión durante 11 años, que transcurrieron entre Atlanta y la isla de Alcatraz, y al pago de una multa de USD 50 mil además de los USD 215 mil que debía en tributación.
Pablo Escobar: llamadas a su hijo que lo llevaron a la muerte
Pablo Emilio Escobar Gaviria, nacido el primero de diciembre de 1949 en Rionegro, Antioquia, fue el narcotraficante más poderoso y temido de Colombia (acumuló una fortuna de USD 30 mil millones) y uno de los hombres más buscados del mundo. Fue fundador y máximo jefe del Cartel de Medellín, una organización criminal que inundó el mundo de cocaína.
Fue el tercero de siete hijos de un agricultor y una maestra de escuela y nieto de un reconocido contrabandista de licor de comienzos del siglo XX en las épocas en que el trago era muy controlado.
Cuando estaba en el colegio, Pablo Escobar mostró gran interés por los negocios y el dinero, por lo que montó, en asocio con su primo Gustavo Gaviria, una empresa de intercambio y venta de comics en su colegio el Liceo Lucrecio Jaramillo Vélez, que luego se transformó en un negocio de préstamos de dinero a bajo interés.
A los 18 años tuvo la oportunidad de estudiar economía en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, pero optó por abandonar los estudios y dedicarse a sus actividades personales, que ya incluían hurtos menores, contrabando y extorsiones. Con el paso de los años los delitos fueron en incremento: pasó a robar vehículos en Medellín, a secuestrar y a traficar marihuana hacia los Estados Unidos.
En 1970 Pablo Escobar ya se había convertido en una pieza clave en el tráfico de cocaína hacia Norteamérica y Europa, en compañía de Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis Ochoa, y era reconocido en el bajo mundo como uno de los mayores asesinos de Colombia. A pesar de ello, logró elegirse en 1982 como miembro de la Cámara de Representantes, cargo que ejerció hasta 1984 luego de que el periódico El Espectador publicara varios editoriales en los que se acusaba a Escobar de narcotraficante y terrorista.
Foto por Thierry Ehrmann (CC 2.0 vía Flickr)
Una vez el país conoció la verdad, Escobar inició una guerra contra todos sus contradictores. Ordenó el homicidio de jueces, periodistas y políticos y le declaró la guerra a todas las instituciones y funcionarios del Estado que apoyaban la extradición de nacionales hacia Estados Unidos.
Luego de varios intentos de reducir al Patrón por medio del diálogo, de que se entregó, de que estuvo recluido en una cárcel hecha a su medida, de que se fugó y de que realizó una nueva escalada terrorista a partir de 1992, el capo fue acorralado por las fuerzas armadas y el Bloque de Búsqueda, la unidad encargada de capturar a los narcotraficantes más peligrosos.
Pablo Escobar intentó negociar una nueva entrega a cambio del traslado al exterior de su familia, pero esta vez no había posibilidad de diálogo con las autoridades. Logró esconderse durante un año y cuatro meses en diversos inmuebles de su propiedad y se dice que el aislamiento lo tenía muy inestable. Por esa razón y a pesar de que conocía los riesgos, el primero de diciembre de 1993, día de su cumpleaños, violó el protocolo de seguridad y llamó a su hijo en al menos seis ocasiones.
El Bloque de Búsqueda rastreó las llamadas y procedió a la captura de Escobar. En el momento en el que las autoridades acudieron a su captura en un barrio de Medellín, el narcotraficante procedió con un intento de fuga, el 2 de diciembre, en el que murió de un disparo al corazón a manos de la fuerza pública.
Gonzalo Rodríguez Gacha: cayó por las ‘travesuras de su hijo’
Alias ‘El Mexicano’, nacido en 1947 en Pacho, Cundinamarca, fue considerado por los medios de comunicación colombianos como el jefe del ala militar y ministro de guerra del Cartel de Medellín.
Gonzalo Rodríguez Gacha nació en una familia campesina de la región andina. En tercero de bachillerato, a los 15 años, decidió abandonar sus estudios para trasladarse a Bogotá, a trabajar como mesero y comerciante. En 1970 se trasladó a Boyacá y entró a hacer parte del servicio de Gilberto Molina alias ‘el Zar de las Esmeraldas’, en donde no duró mucho, pues no tardó en dar el salto al negocio del narcotráfico.
A finales de los setenta e inicios de los ochenta ‘El Mexicano’ acumuló una gran fortuna asociado con el Cartel de Medellín y las bandas criminales de Antioquia y de los llanos orientales. Participó en la guerra que Pablo Escobar le declaró al Estado colombiano y al gobierno de Virgilio Barco por la extradición de nacionales a Estados Unidos, y fue responsable de atentados, asesinatos y secuestros.
A pesar de que el gobierno ofreció una recompensa de $500 millones de pesos a cualquiera que diera información sobre su paradero, la caída de Gonzalo Rodríguez Gacha se debió a dos golpes de azar. El primero, en agosto de 1989, cuando en una redada de las autoridades en Bogotá, que buscaba controlar el porte ilegal de armas, cayó Freddy Gonzalo Rodríguez Celades, hijo del capo. Las autoridades trataron de presionar a Rodríguez Gacha con su hijo y, aunque el narco no dio su brazo a torcer, empezó a ser mucho más clara la forma en que se manejaba ‘El Mexicano’. El segundo golpe de suerte ocurrió cuando uno de sus enemigos filtró su ubicación en Cartagena de Indias, en donde fue encontrado y muerto en combate el 15 de diciembre de 1989.
Gilberto Rodríguez Orejuela: el perfume del contador
El fundador del Cartel de Cali, la organización delictiva colombiana que logró controlar el 80% del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, no fue el narco más violento: él prefería sobornar y comprar autoridades antes que intimidarlas, pues buscaba ganarse el respeto como hombre de negocios. Por lo mismo, su punto débil estuvo en su contador y no en los eslabones más directamente relacionados con la ejecución de los crímenes.
Según informó el entonces director de la Policía Nacional de Colombia, general Roso José Serrano, el 8 de junio de 1995, un día antes de la captura de Gilberto Rodríguez Orejuela alias ‘El Ajedrecista’, se detectaron en un inmueble varias salidas y entradas de su contador.
En entrevista con El Tiempo el pasado 26 de mayo, el general Serrano contó que “una de las oficiales de policía, encargada de seguir al contador, identificó la casa donde presentaba las cuentas por el perfume que olió” y que fue esa acción la que condujo al capo.
Una vez ubicaron a ‘El Ajedrecista’, gracias a la información obtenida del contador, la policía fingió un atentado para sacar a los agentes a la calle sin que se sospechara que iban a capturarlo. Tras ser encontrado en un lujoso apartamento en Cali, escondido en un armario, Gilberto Rodríguez Orejuela se convirtió en el primer narcotraficante importante en ser arrestado.
Juan Carlos Ramírez Abadía: la mala práctica corporativa
Alias ‘Chupeta’ fue el primer narcotraficante colombiano que buscó trazar y estandarizar las rutas para el tráfico de heroína hacia Estados Unidos y Europa y se consideró el cerebro del Cartel del Norte del Valle, que enviaba cocaína por vía aérea hacia Los Ángeles y Nueva York. Fue un sanguinario delincuente que no solo se dedicó al transporte y comercialización de drogas, sino que participó en torturas y en asesinatos.
Ramírez Abadía creció bajo la tutoría de los hermanos Rodríguez Orejuela, por lo que puso mucho empeño en tener una estructura societaria lícita para dar apariencia de legalidad a sus activos ilegales. Se graduó de economía y luego, ya como independiente, se dedicó al tráfico de estupefacientes desde el norte del departamento del Valle del Cauca.
Una vez tuvo establecido su imperio criminal, ‘Chupeta’ le encargó a sus dos hermanastros que viajaran a España para estar al frente de la operación en Europa. Peter García Verano y Jaime Hernando Martínez, como se llamaban, residieron en España entre 2001 y 2004, lapso en el que crearon una red corporativa para el lavado de activos.
Mientras que Verano obtuvo permiso de residencia en España, Martínez entraba y salía del país como turista. Daban la plena impresión de ser empresarios exitosos que constituían sociedades dentro de un holding empresarial y que tenían negocios prominentes. No obstante, estas empresas, en las que aparecían como asociados testaferros españoles, eran las encargadas de canalizar los recursos obtenidos del tráfico ilícito de estupefacientes hacia Uruguay y Brasil.
El gobierno español identificó las irregularidades y gracias a que esta información fue puesta en conocimiento de las autoridades, se logró capturar al delincuente en São Paulo, Brasil, el 7 de agosto de 2007, en donde casi no puede ser identificado por haberse sometido a varias intervenciones plásticas que buscaban cambiar su apariencia.
Amado Carrillo Fuentes: una cirugía que salió mal
Carrillo Fuentes, conocido como ‘El Señor de los Cielos’, fue un narcotraficante mexicano líder del Cártel de Juárez que, tras el fallecimiento de Pablo Escobar, se convirtió en el primer proveedor de cocaína en el mundo. A pesar de su fortuna, estimada en USD 25 000 millones, ‘El Señor de los Cielos’ tenía un estilo discreto, pues comprendió desde el inicio de su carrera delictiva que no convenía ser identificado en los medios.
El capo logró pasar desapercibido por mucho tiempo, principalmente porque el máximo responsable de la lucha contra la droga en México, el general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, lo protegía incluso frente a los agentes de la DEA. Al poco tiempo, el flujo de cocaína hacia Estados Unidos mermó desde Colombia y se incrementó desde México.
En mayo de 1997 el narco-general Gutiérrez Rebollo fue capturado, lo que obligó al narcotraficante a huir hacia Chile y a pensar en opciones para proteger su anonimato. Cuando se calmó la persecución, Carrillo se devolvió a México para someterse a una cirugía plástica, liderada por el médico Miguel Ángel Orozco, que buscaría transformar el aspecto del criminal.
A pesar de que Carrillo salió bien de la cirugía, el 4 de julio de 1997 amaneció con dolores y tras intensos tratamientos falleció. Los médicos que lo atendieron fueron asesinados en los meses subsiguientes.