El GAFI, máxima autoridad internacional contra el lavado de activos, anticipó que no hará comentarios sobre los Fincen Files.
Contexto sobre los Fincen Files
Los Fincen Files son, nada más y nada menos, que la mayor filtración de reportes de operaciones sospechosas (ROS) de la historia.
El asunto es grave por varias razones: la primera porque pone en riesgo a los oficiales de cumplimiento que entregaron más de 2100 ROS a la UIF de Estados Unidos (Fincen en inglés), en teoría la más poderosa y segura del mundo.
En segundo término, porque muestra la gran vulnerabilidad a la que están expuestos los reportes, que según los estándares internacionales deberían ser reservados.
Finalmente y lo más importante, porque ponen sobre la mesa las falencias estructurales y una posible ineficacia del sistema antilavado mundial.
Por esas razones se esperaba un pronunciamiento a la altura de las circunstancias por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), máxima autoridad internacional en la materia. Pero no pasó.
¿Por qué se esperaba más del GAFI?
Ese organismo se limitó a decir que “está al tanto” de los informes de prensa que hacen referencia a la filtración de cientos de ROS entregados por sujetos obligados a Fincen.
Además, escuetamente agregó que “no comentaremos sobre la información de los ROS o los informes de transacciones sospechosas (RTS), que es información confidencial según los estándares del GAFI”.
Por si lo anterior fuera poco, el GAFI le recuerda a los sujetos obligados la importancia de cumplir “con su responsabilidad” de detectar el lavado de dinero.
Tarea que “incluye la presentación de informes de transacciones sospechosas ante las autoridades competentes”.
¿Con qué tranquilidad podrá un oficial de cumplimiento, de cualquier jurisdicción, entregar sus ROS si la UIF más segura del mundo fue objeto de una filtración?
Si bien la crisis no es responsabilidad del GAFI, sí lo es la gestión de esa crisis.
En momentos como este los sujetos obligados de todo el mundo precisan mensajes de tranquilidad y la garantía de que este tipo de situaciones no ocurrirán de nuevo en el futuro.
Este caso puede ser visto como una oportunidad para estrechar los lazos entre el GAFI, las autoridades y los sujetos obligados.
Ojalá la comprensión de la situación mejore y se reenfoquen los mensajes. Los oficiales de cumplimiento lo necesitan.