El pasado 23 de marzo la plataforma de entretenimiento por
streamingNetflix lanzó El Mecanismo,
una serie de ocho capítulos que refleja el entramado de corrupción conocido como Operación Lava Jato, en la que presuntamente el gobierno nacional, liderado por Lula da Silva, promovió licitaciones públicas irregulares desde la empresa estatal petrolera Petrobras con el fin de engrosar las cuentas de algunos funcionarios y financiar partidos aliados del gobierno.
Aunque la producción gira alrededor de tres personajes de ficción, un lavador y dos policías investigadores y que ninguno de los protagonistas es llamado por su nombre verdadero, Padilha ha procurado inspirarse de forma fehaciente en los hechos reales. No obstante este esfuerzo,
los expresidentes del país, Lula da Silva y Dilma Rouseff, acusaron a Netflix de distorsionar la realidad, e incluso Lula anunció el pasado sábado que demandará a la plataforma de streaming por presentar mentiras en la serie.
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El caso Lava Jato
El que ha sido considerado el mayor caso de corrupción en Brasil tiene su primera raíz en una denuncia instaurada por un empresario en el año 2008, cuando una de sus compañías, Dunel Industria e Comercio Ltda, estuvo a punto de ser utilizada para lavar activos.
A partir de este momento, las autoridades iniciaron la operación lava jato (lavadero de carros) en las que no solo lograron detectar cuatro bandas dedicadas al blanqueo de capitales, sino que se obtuvieron miles de documentos que daban cuenta de regalos cuantiosos a Paulo Roberto Costa, director de refinerías, abastecimiento y contratación de Petrobras entre 2004 y 2012. De esta forma se hizo evidente una relación entre la empresa y la red de corrupción y lavado de activos.
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A marzo de 2014, casi un centenar de establecimientos habían sido allanados y 28 personas se encontraban detenidas, incluido el exdirectivo Costa, quien en septiembre de ese año y para acogerse a una rebaja de penas develó el sistema de sobornos a través del cual, entre 2004 y 2012, las más grandes constructoras del país (Odebrecht, entre ellas) pagaron millonarias coimas a directivos de Petrobras y a más de 50 políticos de diferentes partidos, incluido el Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma Rousseff, para hacerse a los contratos.
El dinero de los sobornos, que oscilaba entre el 1% y el 3% del valor de los contratos y que alcanzó en ocho años la escandalosa cifra de BRL 20 000 millones de reales (equivalentes a poco menos de USD 8.000 millones de dólares), iba a parar a empresas ficticias que maquillaban contablemente los recursos como pago por servicios de consultoría o a cuentas en Hong Kong.
Los meses por venir fueron difíciles para la presidenta Roussef. No obstante haber sido reelegida el 26 de octubre de 2014, en diciembre de ese año empezó a mencionarse desde las autoridades de Estados Unidos (Petrobras cotiza en la bolsa de valores de Nueva York por lo que está sometido a la Fcpa) que la mandataria debía responder por el escándalo ya que, en el momento en que se ejecutaron algunos de los sobornos más cuantiosos, ella era presidenta del Consejo de Administración de Petrobras (2003 – 2010).
Durante todo el 2015 la investigación no se detuvo. Además de que se buscó recuperar alrededor de USD 1.700 millones de dólares, se emitieron alrededor de 200 acusaciones penales entre las que se encuentran la del extesorero del Partido de los Trabajadores, João Vaccari, algunos exdirectores de Petrobras, y el expresidente de la constructora Odebrecht, Marcelo Odebrecht, quien fue condenado a 19 años y cuatro meses de prisión.
En 2016 el escándalo alcanzó niveles que no se imaginaban años atrás, pues el congresista del Partido de los Trabajadores Delcidio Amaral salpicó al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva por lo que este último fue conducido e interrogado por la Policía Federal. Aunque Lula negó todas las acusaciones, unos días más tarde el Ministerio Público de Sao Paulo denunció al expresidente por ocultar lujosos inmuebles reseñados dentro del lava jato.
Por este escándalo la entonces presidenta Dilma Rouseff fue destituida, su antecesor fue condenado por corrupto y el actual presidente es investigado.
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