La teoría de las ventanas rotas tiene planteamientos interesantes para todas las empresas obligadas a prevenir lavado de activos. Análisis.
La teoría es aplicable como una estrategia de prevención, pero no solo para las empresas obligadas a prevenir el lavado de activos y la financiación de terrorismo.
También para aquellas que aún no se encuentran obligadas, pero cuyos directivos o dueños son conscientes de la exposición que tienen a estos flagelos.
Aceptada por muchos y criticada por otros, la teoría inicial y su posterior evolución marcan un camino interesante para analizar y comprometernos en su implementación.
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De allí mi propuesta de hacer un símil que muestre las bondades, no solo desde el punto de vista particular de aquellas empresas que cuentan con un sistema de prevención del LA/FT.
Se requiere verla desde todo un país que lucha contra estos delitos y que cada vez obliga más a sus sectores económicos a prevenir el delito.
La teoría de las ventanas rotas
Abordemos primero el origen que motiva este artículo, la teoría de las ventanas rotas.
Fue propuesta por el profesor Philip Zimbardo de la Universidad de Stanford (EE.UU.) en el año 1969.
Se basó en un peculiar ejercicio que realizó tanto en el barrio Palo Alto, en California, como en el Bronx de Nueva York.
El ejercicio consistió en abandonar dos autos idénticos (misma marca, modelo y color).
El primero lo dejó en Palo Alto, una zona tranquila y rica, y el segundo en el Bronx, zona que para la época se caracterizó por sus altos índices de pobreza e inseguridad.
¿Cuál fue el planteamiento? Estudiar las conductas de la gente frente a dos situaciones muy similares, con elementos circundantes bien disímiles.
Aquello desde la perspectiva de la psicología social y con el fin de estudiar las conductas de las poblaciones.
A las pocas horas de ser abandonado, el auto del Bronx comenzó a ser ‘desvalijado’: perdió los espejos retrovisores, el radio, sus llantas, el motor y hasta la cojinería.
Todo lo de valor fue retirado y luego de que el auto se encontraba en un estado considerado deplorable, lo destruyeron.
En contraste, en el ejercicio de la teoría de las ventanas rotas, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
Al leer el experimento, inmediatamente muchos podríamos atrevernos a afirmar que era apenas lógico que ello pasara.
¿La razón? se trataba de un barrio inseguro en el que no hay presencia de las autoridades.
Sin embargo, lo interesante vino después.
Desarrollo del concepto
Los investigadores decidieron romper una ventana del auto ubicado en Palo Alto y observaron que se desató un proceso muy similar al del Bronx.
Rota la ventana, se dio el saqueo y un vandalismo similar que dejaron el auto en condiciones deplorables.
Entonces los investigadores se plantearon una pregunta problema interesante.
¿Por qué una ventana rota en un auto abandonado, en un vecindario seguro, es capaz de disparar toda una serie de procesos delictivos?
Surgieron varias teorías que hasta el día de hoy siguen presentes.
No se trata solo de pobreza, de poca presencia de autoridades o de sensación de inseguridad.
Evidentemente fue algo que tuvo que ver con la psicología, con el comportamiento humano y con las relaciones sociales.
También se relacionaron la figura de la autoridad, la percepción de que todo está bajo control o de que al menos todo se gestiona, se monitorea y se administra.
¿La ventana rota de un auto abandonado transmitió una idea de deterioro, desinterés y despreocupación?
Acaso, ¿ello amilanó el respaldo a los códigos de convivencia y de relaciones?
¿Será que elementos como la ausencia de leyes, de normas y de reglas, deja la sensación de que nada vale?
Se podría afirmar que hubo un elemento disparador de los actos de vandalismo frente a cada uno de los autos.
Así, con cada ataque que sufrieron los autos se reafirmó y multiplicó el delito hasta que la escalada de actos se volvió incontenible.
La teoría de los vidrios rotos
En experimentos posteriores los investigadores James Q. Wilson y George Kelling desarrollaron la ‘teoría de los vidrios rotos’.
Teoría que desde un punto de vista criminológico concluyó que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, suciedad y desorden son mayores.
Es como si se generara un efecto en espiral descendente de deterioro, desorden o ausencia de la ley.
Al romper un vidrio exterior de una casa y no ser reparado, se genera una ‘invitación’ implícita a que se pueden romper los demás y que nada va a pasar.
Así, en un corto tiempo, los demás vidrios de la casa estarán rotos.
Cuando una sociedad, una empresa o un país exhiben signos de deterioro y no se toman las medidas para corregirlos se envía un mensaje.
Se da la impresión de que el asunto no le importa a nadie y, en consecuencia, es probable que se den las condiciones para que prospere el delito.
En su momento, los profesores Wilson & Kelling plantearon que “si se cometen pequeñas faltas (...) y no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores, y luego delitos cada vez más graves".
Además, "si los espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente".
La razón de ello es que los ciudadanos dejarán de salir de sus casas por temor a la delincuencia.
Efectos negativos del descuido
Los expertos agregaron que “esos espacios abandonados por la gente serán progresivamente ocupados por los delincuentes".
Por ejemplo, si se acumula basura cerca de sillas y acercas, y esta no se limpia, pronto, más basura se irá acumulando.
Con el pasar de los días "la gente acaba dejando bolsas de basura de restaurantes de comida rápida o hasta asaltando coches”.
De allí que los autores propusieran que un mecanismo de prevención básico es arreglar los problemas cuando aún son pequeños.
Es decir, reparar los vidrios rotos en un período corto, quizá un día o una semana.
Si esto se hace, la tendencia que se observará es que será menos probable que los vándalos rompan más ventanas o hagan más daños.
Así las cosas, se pasa de la teoría de las ventanas rotas a la teoría de los vidrios rotos.
Años después, el alcalde Rudolph Giuliani adoptó esta medida de una manera más firme en la ciudad de Nueva York.
En su momento denominó los programas como de ‘tolerancia cero’ y ‘calidad de vida’.
El alcalde Giuliani exigió que la policía fuera más estricta en el ejercicio de sus funciones porque el mensaje era precisamente ‘cero tolerancia’.
Así pues, la policía recibió la orden de no permitir que las personas evadieran el pago del pasaje del metro.
Tampoco podían beber o exhibir bebidas en sitios públicos y se detuvo a todo aquel que orinara en la vía pública.
Incluso, se castigaron muchas otras conductas que, aunque parecieran inocuas, enviaron un claro mensaje de orden y autoridad.
Teoría de las ventanas rotas y las empresas con sistemas de prevención del LA/FT
Frente al alto riesgo de que su empresa sea utilizada para el lavado de activos, usted, como oficial de cumplimiento, puede enviarle un claro mensaje.
La aplicación de los controles transmite que “aquí tenemos un sistema que nos apoya en la prevención de estos delitos”.
Su empresa, entonces, debería solicitar, por ejemplo, en un formulario al menos la siguiente información básica:
- Nombre, razón o denominación social, identificación, dirección, ciudad, teléfonos y correo electrónico de las empresas o personas naturales.
- Nombres y apellidos, identificación, teléfonos, dirección, ciudad y correo electrónico de los representantes legales y apoderados principales y suplentes.
- Información e identificación, teléfonos, dirección, ciudad, e-mail de los miembros principales y suplentes de junta directiva, consejo de administración o su equivalente.
- Datos e identificación, teléfonos, dirección, ciudad y correo electrónico de los revisores fiscales o auditores externos principales y suplentes. En caso de tener una firma o persona jurídica como revisor fiscal o auditora se deben indicar los datos de esta.
- Relación de accionistas o socios con participación superior o igual al cinco por ciento (5 %) y detallar al menos los nombres y apellidos o la razón social, así como su número de identificación, participación accionaria, dirección y ciudad.
Información con un propósito
La anterior información es lo mínimo que se debe solicitar bajo el supuesto de que su empresa adelanta al menos una debida diligencia de las personas.
Solo de esta manera se podrá evitar la materialización de los efectos adversos de la teoría de las ventanas rotas en su empresa.
Y no obsta para que también se consulten todos los terceros que aparezcan relacionados en el certificado de existencia y representación legal o en otros documentos.
Debo aclarar en este punto que al requerir dicha información muchas empresas aducen una violación de la privacidad de la información o la supuesta violación del habeas data personal.
No hay tal situación, la ley 1581 en su artículo segundo señala que la protección de datos personales no será de aplicación para bases de datos de prevención del lavado de activos.
Por ello la obligación de la empresa con sistemas de prevención del LA/FT será la de informar el tratamiento que se le dará a la información, pero no requerirá autorización.
Ahora bien, la autorización si será requerida para la consulta en registros del sistema financiero colombiano y para mantener contacto comercial con el tercero.
Conociendo a nuestras contrapartes
Quiero proponer que nos olvidemos de los nombres como formato LA/FT, formato de lavado de activos o formato SARLAFT.
Sugiero que evolucionemos a denominaciones que transmitan un claro mensaje de responsabilidad social empresarial, de sostenibilidad y de permanencia como organización.
Por ejemplo, formulario de conocimiento del tercero o formulario de relacionamiento transparente.
Dejo planteada esta inquietud para su estudio y adopción en su empresa.
Por otra parte, además de la solicitud de la mínima información, considero necesario que el tercero haga unas manifestaciones en el formulario que contengan, al menos, lo siguiente:
- Declarar que los recursos con los cuales se ejecutará el contrato no provienen de ninguna actividad ilícita.
- Declarar que los recursos con los cuales fue constituida la persona jurídica no provienen de ninguna actividad ilícita.
- Certificar que la empresa cuenta con un sistema de prevención del LA/FT y que cumple con lo exigido por el supervisor respectivo.
- Garantizar que reportará cualquier novedad de los terceros relacionados, bien sea por retiros, ingresos o cualquier cambio en la composición societaria.
- Asegurar que cualquier otra variación en la información suministrada será puesta en conocimiento del oficial de cumplimiento.
- Garantizar que la información consignada y anexa a el formulario es veraz.
- Aceptar que cualquier omisión o inexactitud en los documentos podrá ocasionar el rechazo de la solicitud y la devolución de la documentación.
Atención plena
Este es el primer momento de la verdad.
Cuando un tercero reconoce su gestión y si dicho tercero tiene alguna intención delictiva, es probable que ni siquiera intente relacionarse con su empresa.
Pero reitero, no es solicitar información por solicitarla, sino gestionarla.
Es decir, adelantar al menos una debida diligencia básica y cumplir con este mínimo control preventivo de conocimiento del tercero.
Adicional a lo anterior debe estar el monitoreo y la comunicación, tan importantes como el control inicial.
Toda vez que estos controles permanentes reflejan su gestión y el seguimiento de todos los terceros relacionados.
Para ello, en sus contratos podrá incluir cláusulas de eliminación de proponentes o de terminación anticipada frente a la materialización de un riesgo LA/FT.
Con ese objetivo sugiero al menos algunas cláusulas como estas:
No relacionamiento
Nuestra empresa se abstendrá de celebrar el contrato cuando el tercero y/o asociados estén reportados en las listas internacionales vinculantes para el Estado Colombiano.
Causal de eliminación y terminación del contrato
Cuando el tercero y/o asociados estén reportados en una o algunas de las listas internacionales vinculantes para el Estado Colombiano, y las emitidas por OFAC.
Estos controles envían las señales que plantean las teorías de las ventanas y los vidrios rotos, así como el de la cero tolerancia aplicadas en un ámbito empresarial.
Es decir, “en esta empresa cumplimos con nuestras obligaciones de prevención del LA/FT”.
Hay un claro mensaje hacia los terceros en cuanto a que vamos a indagarlos y conocerlos.
Así que si tienen algo que ocultar o tienen una intención oculta en su relacionamiento con nosotros, es mejor que se abstengan de acercarse.
Los vidrios rotos en nuestras empresas
Es cierto que en algún momento nos pueden ‘romper un vidrio’, lo que se traduciría en la materialización de un riesgo.
Pero también es doblemente cierto que tenemos los mecanismos para ‘reemplazar el vidrio’.
Bien sea porque estamos monitoreando al tercero o porque hacemos detección de operaciones inusuales y reportes de operaciones sospechosas.
Si bien tenemos un país con muchos problemas y parecería que nadie los resuelve, debemos tener claro que al gestionar los riesgos de LA/FT ayudaremos a lograr un país sin ventanas ni vidrios rotos.
Además, cuando alguno se rompa estaremos prestos a reemplazarlo y aprender de ese hecho que motivó la rotura.
El filósofo Kant dio hace muchos años una regla muy útil cuando describió su concepto central de la ética kantiana: el imperativo categórico.
Kant planteó lo siguiente: “actúa siempre de modo que tu conducta pueda ser considerada una regla universal”.
Por ello nosotros no permitimos que nuestras empresas inicien alguna actividad comercial o relación contractual con personas condenadas.
Tampoco con aquellas sobre quienes existan indicios de la comisión de delitos asociados al LA/FT.
Así como tampoco aprobamos el vínculo con empresas cuyos orígenes de fondos no pueden declararse al 100 % como lícitos.
Si en nuestras empresas enviamos ese mensaje de manera clara, seguro estamos disminuyendo el riesgo en un alto porcentaje.
¿Hacia dónde debemos dirigirnos?
La teoría de las ventanas rotas nos enseña que nuestro sistema debe ser lo más robusto posible.
Nunca será inmune, pero sí podemos enviar a nuestras contrapartes y grupos de interés un claro mensaje de cero tolerancia y de total prevención.
Ya lo dijo sabiamente al filósofo Aristóteles: “si no quieres ser mentiroso, no digas la primera mentira, porque la próxima vez será más fácil”.
Si su propósito es prevenir el LA/FT debe garantizarse que el sistema sea tan fuerte que el tercero malintencionado decida abstenerse de relacionarse con su empresa.
La solución a este problema no la tengo solo yo, pero todos y cada uno de nosotros debemos empezar a reparar las ventanas y vidrios rotos.
Esto aplica no solo a nuestras empresas, sino también en nuestros ámbitos personal, familiar y social.
Como oficiales de cumplimiento tenemos un compromiso muy fuerte con nuestro país.
Lo que hacemos debemos hacerlo no solo por nosotros y nuestro desempeño profesional, sino por las generaciones que vienen.
Tenemos un gran compromiso con ellos y es procurar tener un país donde la ley impere sobre el crimen.
Un país donde las relaciones transparentes sean el diario quehacer organizacional y empresarial.
El mensaje es claro: una vez que nos relajemos en el acatamiento de los controles es posible que terceros identifiquen esas debilidades y nos utilicen.
Al descuidarnos, sin darnos cuenta, podríamos empezar con un proceso de deterioro en nuestros sistema de prevención.
Y así es como se comienzan a romper los vidrios.
Por: Cesar Roldán