El Tribunal de Cuentas Europeo inició una auditoría para “examinar los esfuerzos de la Unión para hacer frente al blanqueo de dinero sucio”.
Los recientes escándalos de presunto lavado de activos que han involucrado a algunos bancos europeos llevaron al Tribunal de Cuentas a auditar la efectividad de las medidas contra ese delito.
De acuerdo con Mihails Kozlovs, miembro del Tribunal, “el lavado de activos es una amenaza mundial cada vez más grave, con delincuentes que a menudo buscan lavar dinero donde los controles son más débiles, a menudo lejos de la fuente de los fondos”.
Un comunicado del Tribunal señala que “a pesar de la amplia cooperación internacional y la legislación cada vez más sofisticada de la Unión Europea, el lavado de dinero sigue siendo un gran desafío político”.
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Dentro de los puntos clave de la evaluación, se conoció que los auditores centrarán sus análisis en la transferencia de la legislación de la Unión Europea a la legislación de los Estados miembros.
También revisarán cómo se gestionan los riesgos para el mercado interno, la coordinación existente entre los supervisores nacionales y los organismos continentales, así como las acciones del bloque “para remediar las infracciones de su ley ALD a nivel nacional”.
Las auditorías, que se prevé terminen en el primer semestre de 2021, se enfocarán en la Dirección General de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados de Capital de la Comisión Europea, la Autoridad Bancaria Europea y el Banco Central Europeo.
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Vale la pena recordar que en el viejo continente existe una directiva contra el lavado de activos desde 1991, la cual se ha actualizado en cuatro ocasiones.
Se estima que el lavado de activos representa cerca del 1,3% del PIB del bloque europeo.