El pasado 16 de marzo la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (Ofac por su sigla en inglés) emitió un ‘‘pronunciamiento de violación’’ de sus sanciones en contra de MasterCard, compañía multinacional de tarjetas débito y crédito.
La historia es la siguiente: a raíz de la emisión de la orden ejecutiva 12959 de 1995, la cual prohíbe ‘‘ciertas transacciones con respecto a Irán’’, MasterCard dejó inactivas las cuentas que mantenía en ese momento con el Banco Melli y el Banco Saderat de ese país. Hasta ahí, todo en orden.
Luego, en octubre de 2007 Ofac designó en su lista SDN a los dos bancos mencionados por el presunto apoyo que daban a la proliferación de armas de destrucción masiva y al terrorismo. Esa decisión obligaba a MasterCard a informar a Ofac de las cuentas y los activos que los bancos tenían bloqueados, pero no lo hizo.
El pronunciamiento de violación, que no incluye una sanción o multa adicional, señala que ‘‘MasterCard tenía razones para saber que mantenía fondos asociados con dos bancos en la lista de SDN’’ por ser esta una gran empresa que se ocupa principalmente del manejo de productos de bancos y otras instituciones financieras.
Parte del disgusto de Ofac radica en que la información de los activos bloqueados de personas y entidades iraníes fue reportada al Congreso y al Presidente de Estados Unidos, y esta resultó incompleta debido a la omisión de MasterCard.
El llamado de atención se dio a pesar de la ‘‘cooperación sustancial’’ de la multinacional y de que Ofac reconoció que no hay motivos para pensar que personal de MasterCard, incluyendo gerentes o supervisores, hayan tenido ‘‘conocimiento real de la conducta que dio lugar a las violaciones’’.