La filtración de información sensible ha sido tan solo una de las vías en las que la tecnología ha apoyado la lucha contra la corrupción en los últimos años. No obstante, en la actualidad existen también opciones tecnológicas para fortalecer los sistemas de cumplimiento anticorrupción como el big data, la minería de datos, el uso de aplicaciones móviles y la automatización de procesos.
Según el Foro Económico Mundial los avances de la tecnología permiten que hoy en día sea fácil acceder a volúmenes amplios de datos como primer paso para resolver algunas de las problemáticas más apremiantes del sistema global económico y social, dentro de las que se encuentra la corrupción pública y privada.
En efecto, en los últimos años el mundo ha sido testigo de casos claros en los que el uso de la tecnología ha servido como piedra angular en la lucha contra las redes de corrupción, como ocurrió el año pasado cuando se publicaron 2.6 terabytes de información de la firma de asesoría legal Mossack Fonseca que daban cuenta de la utilización de sociedades en paraísos fiscales para lavar activos, evadir impuestos y la utilización de cuentas offshore para ocultar flujos financieros. Y antes ya habían ocurrido los Swiss Leaks (2015), los Luxemburg Leaks (2014) y los Wikileaks (2006).
Sin embargo, a pesar de que es indudable la utilidad de estas filtraciones en la lucha anticorrupción, también lo es que la legalidad de estas acciones se encuentra en un limbo gris en el que sacar conclusiones no es sencillo. Así, para subsanar esta inquietud, vale la pena revisar otro tipo de tecnología que puede ser incorporada a las organizaciones y que es igualmente efectiva en el control de la corrupción.
Tecnología para prevenir y luchar contra la corrupción
Los programas de cumplimiento anticorrupción varían de empresa a empresa de acuerdo con factores de negocio y sector económico, como también ocurre con otros sistemas de cumplimiento (como el de LA/FT).
Sin embargo, la estructura de los sistemas de anticorrupción puede reducirse a una base común compuesta por personas, procesos y tecnología que permite alcanzar de manera completa los objetivos de prevención de conductas de corrupción.
Mientras que las personas están encargadas de desarrollar, implementar y monitorear los procesos de cumplimiento anticorrupción (elementos que incluyen evaluaciones de riesgo, adopción de políticas, aplicación de controles, capacitaciones y procedimientos de auditoría y monitoreo), la tecnología es la herramienta que asiste el funcionamiento completo del sistema.
La tecnología de big data y la minería de datos
Las organizaciones se encuentran en un camino de automatización de sus procesos que busca incrementar su periodicidad así como la veracidad de la información recolectada.
Este avance implica necesariamente la recolección y almacenamiento de grandes cantidades de información de calidad (big data) que al ser procesada y analizada por un software (minería de datos) permite el mejoramiento de las políticas, la correcta toma de decisiones, la construcción de mejores estados financieros y la detección, el control y el monitoreo de conductas de corrupción.
Las herramientas de big data y de minería de datos han demostrado ser exitosas en sectores tan complejos como el de la salud pública, y en otros más extendidos como el de comercio y el de auditoría, en donde se utilizan análisis predictivos y visualizaciones que determinan tendencias, patrones y relaciones en volúmenes masivos de datos que finalmente se traducen en información.
Estas estructuras, que son similares a las que utilizan las oficinas de administración fiscal de diferentes Estados para cruzar información y encontrar evidencia del uso de paraísos fiscales o de operaciones de ‘pitufeo’, pueden ser adaptadas a organizaciones con el fin de contrastar diversas fuentes de información y así hallar incoherencias y lanzar banderas rojas a tiempo.
Aplicaciones móviles
La tecnología móvil ha empezado a ser utilizada en contra de la corrupción, ya que permite un acceso constante a información corporativa relevante desde casi cualquier punto geográfico y es un canal de comunicación directo entre los encargados del cumplimiento y los administradores de la información.
Asimismo, a través de la tecnología celular las áreas que antiguamente eran remotas hoy están en línea y pueden tener un flujo de datos con sus sociedades controlantes que es susceptible de ser analizado.
Además, las aplicaciones móviles funcionan como un conducto de comunicación al interior de los sistemas anticorrupción (como líneas de ética o de peticiones, quejas y reclamos).
Herramientas de análisis forense
En los sectores público y privado las herramientas de auditoría forense han empezado a ser útiles para investigar y combatir acciones de corrupción puesto que la evolución y sofisticación de este tipo de tecnología hoy en día permite analizar transacciones en tiempo real, aplicar modelos predictivos, utilizar algoritmos de calificación de riesgo y detectar anormalidades, todo ello como base para robustecer el esquema de señales de alerta
De igual manera, también es posible llevar a cabo investigaciones periódicas sobre transacciones y modelos de pago con el fin de identificar flujos financieros ilegales a través de software de fiscalización forense, lo que tiene el potencial de repercutir en el fortalecimiento de los procesos internos de prevención de prácticas fraudulentas o de corrupción.
Más tecnología para prevenir la corrupción
Una propuesta adicional es que, en caso de contar con la posibilidad, resulta ventajoso que las organizaciones evalúen reemplazar a los funcionarios con más riesgo de caer en redes de soborno por herramientas automatizadas que incrementan la transparencia en procedimientos de contratación y en transacciones, lo que además puede ser visto como una ganancia reputacional desde el punto de vista de responsabilidad corporativa en la lucha contra la corrupción.
¿Cómo identificar un buen software anticorrupción?
Por regla general las normas anticorrupción de las distintas jurisdicciones obligan a las personas jurídicas a evaluar periódicamente el riesgo de corrupción y a implementar un conjunto de controles y mejores prácticas para prevenir, detectar y mitigar este delito en función de los resultados de la evaluación del riesgo particular que se haga sobre las actividades y negocios de una empresa.
Esta es, entonces, la primera exigencia que debe cumplir un software anticorrupción: que incluya las obligaciones contenidas en la ley. Este es un tema no negociable, toda vez que, por ser obligatorio, se debe acatar de la forma más completa posible ya que será objeto de verificación por parte de la autoridad competente.
Adicionalmente, para que el sistema y sus componentes sean eficaces y efectivos, resulta necesario que también incorporen el marco jurídico de otras jurisdicciones con las que se tengan negocios, y los estándares y mejores prácticas internacionales en la materia anticorrupción.
Sin embargo, no se debe perder de vista que el programa anticorrupción debe proveer una barrera de defensa que disminuya el nivel de riesgo para la institución y que contribuya al logro de las metas de corto, mediano y largo plazo.
Por último, para que la implementación de un sistema tecnológico de control contra la corrupción y el fraude interno no se quede simplemente en una acción vacía de cumplimiento normativo y de mejores prácticas es menester que genere la disuasión necesaria para evitar la materialización de estos riesgos.
Vale advertir, en todo caso, que más allá de estos lineamientos las herramientas tecnológicas que se adquieran con el fin de luchar contra conductas de corrupción deben responder tanto a la evaluación y perfil de riesgo de corrupción de la organización como a las políticas corporativas que sean aplicables (declaraciones de principios, parámetros anticorrupción, manuales de procedimiento, etc.), por lo que resulta ideal que cualquier herramienta sea adaptable a las necesidades específicas de cada organización.
Una opción
Una buena opción para detectar, controlar y hacer monitoreo de conductas asociadas a la corrupción es el módulo Anti Bribery & Corruption Manager de Monitor Plus, una compilación de las distintas funcionalidades de los sistemas Monitor Plus. Esta es una herramienta de monitoreo y reacción multipropósito que utiliza diferentes estrategias de permanente ejecución para identificar patrones de conducta, generar alertas, automatizar el conocimiento y supervisar y hacer monitoreo de la actividad corporativa.
Este módulo de anticorrupción permite realizar un análisis en tiempo real que parte de un sistema parametrizado de controles que integran la automatización del conocimiento y un poderoso motor de detección sobre las operaciones que se hayan calificado con un alto nivel de riesgo relacionado con tipologías de soborno nacional, soborno trasnacional y otro tipo de conductas de corrupción.
La principal ventaja de este módulo es que su funcionalidad está cimentada en una completa integración normativa que incluye no solo el Estatuto Anticorrupción colombiano (Ley 1474 de 2011) y sus normas afines o complementarias, sino que incorpora la ley de prácticas corruptas en el extranjero de Estados Unidos (Fcpa por su sigla en inglés), la ley antisoborno de Reino Unido (Anti Bribery Act), la guía anticorrupción del Grupo Wolfsberg (una asociación de los trece bancos más grandes del mundo) y la ley 20393 de lavado de activos y cohecho de Chile.
Es muy útil debido a su orientación a la evaluación de riesgos de corrupción a nivel institucional, al análisis de riesgos desde el punto de vista de clientes o empleados, a la automatización de actividades de control, a la gestión de alertas, al seguimiento de casos de investigación, a la generación de informes que pueden aplicarse tanto a la evaluación de desempeño como a la medición de tendencias, al análisis transaccional y de correlación de eventos, y al seguimiento a políticas y procedimientos internos a través de procedimientos semiautomáticos (workflows).