En esta ocasión presentamos un artículo de análisis sobre los San Andresitos, espacios comerciales que históricamente han sido vinculados al contrabando, reconociendo de antemano que algunos comerciantes que allí se encuentran establecidos han dado el paso a la legalidad. Entre otros, presentamos el orígen de la denominación de 'San Andresitos', las cifras oficiales alrededor de las aprehensiones de mercancía de contrabando y describiremos el recorrido hecho por nuestro equipo en uno de estos espacios comerciales.
Historia
El 21 de diciembre de 1959 el Presidente Alberto Lleras Camargo declaró a San Andrés como puerto libre de Colombia a través de la Ley 127 del mismo año, lo que permitió que allí llegara toda clase de mercancías sin ningún impuesto. Ante la promulgación de esa Ley, muchas personas comenzaron a viajar al archipiélago para traer mercancía barata y venderla en varias ciudades del país.
La Ley de puerto libre sólo cobijó a San Andrés, por lo cual vender la mercancía comprada allí en otros lugares de Colombia se convertía en contrabando, toda vez que el comerciante que traía mercancía desde el Archipiélago debía cumplir con todos los requisitos aduaneros y si no lo hacía, violaba la ley.
Luego, se produjo un aumento enorme de los vendedores ambulantes en todas las ciudades, ante lo cual las autoridades de cada ciudad –como paliativo ante ese gran fenómeno– ubicaron a esos vendedores en ciertos sectores de las ciudades. Esos espacios, en los que se vendía mercancía traída de San Andrés, se conocieron entonces como San Andresitos.
¿San Andresitos: contrabando o legalidad?
En este punto debemos definir qué es contrabando. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, es la ‘‘introducción o exportación de géneros (a un territorio) sin pagar los derechos de aduana a que están sometidos legalmente’’.
En Colombia, está tipificado a través del Artículo 319 del Código Penal de la siguiente manera: “el que en cuantía superior a cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes, importe mercancías al territorio colombiano, o las exporte desde él, por lugares no habilitados, o las oculte, disimule o sustraiga de la intervención y control aduanero, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a noventa (90) meses y multa de cuatrocientos (400) a dos mil doscientos cincuenta (2.250) salarios mínimos legales mensuales vigentes, sin que en ningún caso sea inferior al doscientos por ciento (200%) del valor aduanero de los bienes importados o de los bienes exportados”.
Históricamente se ha vinculado a los San Andresitos con el contrabando, por lo que es muy complicado decir al día de hoy cuantos –de las decenas que hay en el país– todavía persisten en esa práctica y cuantos han dado el paso a la legalidad. Cabe señalar que actualmente se carece de cifras oficiales al respecto.
Por esta razón, se recomienda que los funcionarios de las unidades de cumplimiento establezcan las medidas de rigor para administrar el riesgo ante los comerciantes de estos sectores, sin que por ello se estigmaticen todos como contrabandistas.
El contrabando y el lavado de activos
En reciente entrevista con el programa Pregunta Yamid, el director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega, reconoció que el contrabando es un mecanismo utilizado frecuentemente para lavar activos en Colombia. Sin embargo, preocupa más todavía que este negocio mueva anualmente alrededor de U$5.000 millones de dólares.
Ortega, indicó que ‘‘los legales se están volviendo inviables con los San Andresitos’’, razón por la cual éstos últimos ‘‘deben entender que pueden ser viables sin la necesidad de vender contrabando, lo único que pasa es que no ganan tanto’’. Cifras manejadas por la Dirección de Impuestos señalan que el margen de ganancias siendo ilegal está entre el 25 y 30%, mientras que al ser legal los márgenes rondan el 12%.
El Director de la DIAN afirmó que en el negocio del contrabando ‘‘los que más ganan no son ni siquiera los comerciantes de San Andresito, sino los que meten ilícitamente la mercancía al país’’. Ortega también se mostró preocupado sobremanera al reconocer que el contrabando específico de licores en el país ascendería a los U$300 millones de dólares y que de esa cantidad, las autoridades solamente controlan el 1 o 2%.
De igual manera, cifras preliminares señalan que el contrabando de cigarrillos durante 2011 habría llegado a los 240 millones y de ese total, únicamente se incautaron unos 80 millones.
Las clases de contrabando
Según Rogelio Perilla, autor del ‘Manual para Importadores y Exportadores’, hay dos clases de contrabando: el abierto y el técnico. El abierto consiste en ‘‘ingresar mercancías al país sin presentar ningún tipo de documentos por lugares habilitados (puertos, aeropuertos, zonas de frontera) y no habilitados (algunos espacios de la frontera terrestre o marítima). Su objetivo es eludir el pago de los tributos aduaneros como arancel, IVA o derechos correctivos”.
Mientras que el técnico “reúne diferentes conductas, entre ellas la presentación de documentos falsos, o la ausencia de documentos soportes, como las autorizaciones otorgadas por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, el Instituto Colombiano Agropecuario y el Ministerio de Medio Ambiente, los cuales son necesarios para certificar la importación”.
El contrabando persiste en la historia de Colombia
Las zonas más afectadas históricamente han sido las fronteras y los puertos marítimos. Según indica Muriel Laurent en el texto ‘Contrabando en Colombia en el siglo XIX’, desde esa época la zona de la costa Guajira, el litoral de Riohacha, el Golfo de Urabá, la frontera con Ecuador y la zona limítrofe con Venezuela han sido utilizadas por redes de contrabandistas para introducir de forma ilegal sus mercancías a Colombia.
En el mismo documento también es interesante la tesis que señala que las razones de la existencia del contrabando no son exclusivamente económicas, sino que también hay personas en las zonas de frontera que tienen cierta propensión a ir en contra de las reglas establecidas por el Estado. En este punto particular, el principal argumento podría ser el de la falta de identidad nacional por el encuentro de culturas y el consecuente irrespeto por una y otra jurisdicción.
Respecto a los productos, Laurent señala que los textiles, los cigarrillos, la sal, el oro, los licores y los metales fueron los más contrabandeados durante el siglo XIX. Lo curioso es que en la actualidad persiste la problemática alrededor de los textiles, los cigarrillos y los licores, evidenciando que así como prevalece el fenómeno en algunas regiones, también lo hace con varios productos.
Entrevista a una autoridad aduanera
Para obtener información sobre los San Andresitos, InfoLAFT consultó al coronel Hoover Alfredo Penilla, director de Gestión de la Policía Fiscal y Aduanera.
InfoLAFT:
¿Cuántos San Andresitos hay actualmente en Colombia?
Cr. Hoover Penilla:
Vale la pena señalar que la denominación San Andresitos no tiene que ver con la razón social o nombre comercial de un establecimiento de comercio, habida cuenta de que son pocos los que se encuentran registrados bajo la misma. Ahora bien, el término San Andresito ha sido adjudicado a ciertos sectores comerciales de diferentes ciudades capitales, intermedias y municipios del país por los mismos comerciantes y la ciudadanía en general, debido al génesis de éstos, el cual obedece al nombre dado a los sitios en donde los comerciantes vendían sus mercancías provenientes de San Andrés y Providencia.
Sin embargo, en la actualidad los comerciantes de estos sectores denominados se han venido organizando; así las cosas, la Policía Fiscal y Aduanera en las distintas zonas del país donde se encuentra, ha identificado un aproximado de 35 focos de atención o San Andresitos. Éstos se dedican al acopio, distribución y comercialización de mercancías de procedencia extranjera, en los cuales se realizan constantes controles aduaneros en ejercicio de nuestras facultades legales, con el objeto de preservar la economía nacional.
InfoLAFT:
¿A cuánto ascendieron las incautaciones de mercancía de contrabando en los San Andresitos en 2010 y 2011?
CHP:
En cuanto a este tema y con el ánimo de generar claridad en materia jurídica, es de aclarar que la figura que aplica el personal de la Dirección de Gestión de Policía Fiscal y Aduanera a las mercancías que no cumplen con los requisitos legales establecidos, es la aprehensión, definida en el artículo 1 del Decreto 2685 de 1999.
De tal forma que constantemente realizamos controles en materia aduanera a los establecimientos de comercio abiertos al público, entre estos los San Andresitos. Por lo anterior, le puedo contar que en 2010 las aprehensiones llegaron a $293 mil 953 millones de pesos; mientras que en 2011 ascendieron a $285 mil 159 millones de pesos.
InfoLAFT:
¿Qué campañas adelantan actualmente para combatir el contrabando en los San Andresitos?
CHP:
La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales tiene planteado un Plan Operativo, el cual, en cierta parte, es ejecutado por la Dirección de Gestión de Policía Fiscal y Aduanera, en donde se prevé un estricto control a sectores sensibles, entre estos, los San Andresitos.
Tenemos líneas de contacto abiertas al público para el intercambio de información, denuncias, quejas reclamos y sugerencias. Ese aspecto lo maneja la Oficina de Atención al Ciudadano y Red de Cooperantes.
También se adelantan campañas dirigidas a los San Andresitos con un propósito preventivo, las cuales se realizan de manera coordinada entre la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales y la Dirección de Gestión de Policía Fiscal y Aduanera, mediante la socialización y difusión por los diferentes canales de comunicación, (televisivos, escritos y radiales), de mensajes alusivos y de invitación a una cultura de legalidad.
InfoLAFT:
¿Cómo realiza la Policía Fiscal y Aduanera sus operativos?
CHP:
La Policía Nacional cuenta con un Sistema de Gestión Integral, entendido como el conjunto de elementos o componentes (sistemas, procesos, infraestructura, conocimiento institucional, talento humano, tecnología, entre otros), dentro del cual se encuentran dos procedimientos: Aprehensión de Mercancías o Decomiso Directo, y Apoyo y Soporte a las Acciones de Fiscalización Tributaria, Aduanera y Cambiaria.
Así las cosas, es con base en dichos procedimientos estandarizados que la Dirección de Gestión de Policía Fiscal y Aduanera ejecuta sus acciones de control en los establecimientos de comercio abiertos al público, entre estos, los ubicados en los sectores denominados San Andresitos.
Visita a un San Andresito
En InfoLAFT nos dimos a la tarea de recorrer uno de los 35 San Andresitos identificados por las autoridades aduaneras en Colombia. En el área visitada, a comienzos de este mes de julio, se cuentan aproximadamente 27 centros comerciales que albergan cerca de mil locales.
Allí cohabitan establecimientos de tecnología, licores, calzado, ropa, talleres de mecánica y restaurantes. Muchos de ellos no tienen nombre y cuando se pregunta por los precios de varios artículos se evidencia un acuerdo, tácito tal vez, alrededor de los mismos. Hay que señalar que muchos artículos tienen precios inusitadamente bajos, en comparación con los manejados en las cadenas comerciales reconocidas en todo el país.
A continuación, se detalla una comparación en los precios de tres productos que se venden tanto en almacenes reconocidos como en San Andresito:
En algún momento de la visita le preguntamos a la administradora de un local comercial si por la compra de una botella de Whisky entregaba factura, a lo cual contestó ‘‘si quiere, se le entrega la factura que manejamos aquí en San Andresito’’. Con posterioridad logramos establecer que la factura que se maneja allí viene sin IVA.
Ya en otro establecimiento, al hacer la misma pregunta, pero esta vez con la intención de comprar un IPAD 3, el vendedor indicó que ‘‘si necesita la factura con IVA así se le hace, pero si no, pues no. Acuérdese que con IVA le sale más caro’’.
Sin embargo, no todas las experiencias en los locales comerciales recorridos daban pie para inferir la posible venta de mercancía de contrabando. En otros locales, al preguntar por los precios de diferentes artículos evidenciamos que mantenían relación con los existentes en almacenes de cadena.
De la misma forma, al indagar por la factura, algunos vendedores indicaron que ‘‘siempre’’ daban factura y que toda la mercancía que tenían era legal y cumplía con las normas establecidas.