Capacitaciones SAGRILAFT no cubren incumplimientos. Imagen Freepik
Así lo dejó claro la Superintendencia de Sociedades de Colombia, en una reciente sanción impuesta en contra de una empresa que no implementó correctamente su Sistema de Autocontrol y Gestión del Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo.
A través de las resoluciones administrativas sancionatorias por fallas en el cumplimiento del SAGRILAFT, es posible que muchos sujetos obligados saquen importantes lecciones.
Esta vez hubo una directriz muy importante emitida por la Supersociedades, la cual ha pasado casi desapercibida para muchos oficiales de cumplimiento.
Durante el pasado mes de septiembre de 2024 la entidad de supervisión emitió la Resolución 200-018561, por medio de la cual dejó en firme una multa conjunta por valor de 83 millones de pesos colombianos (cerca de USD19.000 dólares) en contra de una empresa.
Lo novedoso es que, a lo largo del proceso de investigación, la Superintendencia evidenció que la organización no contaba con un SAGRILAFT debidamente aprobado por la junta directiva.
Sin embargo, la empresa intentó defenderse al señalar que había realizado capacitaciones internas sobre prevención del lavado de activos y la financiación del terrorismo.
Sobre ese argumento, la Superintendencia recordó que una de las principales responsabilidades del cuerpo colegiado es la implementación, aprobación y aseguramiento de la efectividad del cumplimiento del SAGRILAFT.
Por esa razón, al no contar con un SAGRILAFT “la sociedad no tendría un procedimiento de control de riesgos, en este sentido, las capacitaciones, divulgaciones y/o comunicaciones, no tendrían fuerza porque no contaban con un procedimiento sobre el cual valerse”.
La autoridad recordó que “las capacitaciones hacen referencia a los aspectos de riesgos que deben conocer los colaboradores para que al momento de identificarlos sepan cómo actuar”.
Incluso, precisó que en las jornadas de capacitación “se debe dar a conocer el manual como hoja de ruta para la identificación de los riesgos asociados a la empresa, y si la sociedad no contaba con un manual, las capacitaciones se tornaron poco diligentes”.