Tamara Agnic, presidenta pro tempore del Grupo de Acción Financiera de Sudamérica (GAFISUD) durante 2012, destaca en el presente artículo de opinión los resultados obtenidos por varios países de la región en la reunión plenaria del GAFI, celebrada entre el 20 y 22 de febrero en París, Francia.
Por: Tamara Agnic M.*
Latinoamérica, sin duda, no está ajena al fenómeno del terrorismo transnacional y a su financiamiento. Como parte de la comunidad global, nuestra región se ve perjudicada moral y materialmente por cada acto terrorista que afecta la seguridad internacional, la estabilidad económica y la gobernabilidad democrática. Sin embargo, nuestros líderes políticos y sociales ven esta amenaza como lejana y ajena.
Efectivamente, el hecho de que para la región no exista una amenaza concreta en materia de terrorismo transnacional impone obstáculos significativos para la adopción de políticas públicas contra el financiamiento del terrorismo. Por una parte, debido a su invisibilidad, el tema carece de atractivo para la clase política, y por otra, la tramitación de leyes y normativas se percibe como una imposición de países poderosos y ajenos a nuestra realidad.
Precisamente estas son las falencias que han llevado –en la mayoría de los casos– a los países de nuestra región a engrosar las listas de seguimiento construidas por el GAFI, ya que se carece de los mecanismos para el congelamiento e incautación de fondos relacionados con terroristas y no se tiene adecuadamente tipificado el delito terrorista.
Sin embargo, y a pesar de estos obstáculos, los países de la región han logrado promulgar leyes que de manera creativa e innovadora se ajustan a los requerimientos internacionales, pero que no atentan contra la soberanía y la tradición jurídica de nuestros países. Por ello es doblemente meritorio el esfuerzo que ha realizado cada uno de los países que estuvieron o que aún permanecen en las listas GAFI y que avanzan decididamente hacia la meta de lograr fortalecer las barreras contra la criminalidad organizada internacional.
Latinoamérica, cada vez mejor
La plenaria del GAFI, llevada a cabo recientemente en París, dejó buenas noticias para la región. En primer lugar y con mucho entusiasmo se debe felicitar a Venezuela, que luego de un largo y duro proceso de ajustes a su legislación ha logrado salir definitivamente de la lista de países en seguimiento. Ha superado con éxito las deficiencias estratégicas contra la legitimación de capitales y contra el financiamiento del terrorismo que le fueron observadas en octubre de 2010.
De igual manera, es importante destacar los avances logrados por Bolivia. Luego de un arduo trabajo y largo proceso de transformaciones legislativas también ha logrado superar las principales deficiencias que mantenía su sistema antilavado. Su esfuerzo ha sido reconocido en la plenaria del GAFI, y hoy está muy cerca de abandonar definitivamente la “lista gris” una vez que se concrete la visita en terreno programada para verificar dichas transformaciones. Las probabilidades de lograrlo son altas, dado que Bolivia ha realizado un trabajo serio y acucioso, mostrando un decidido compromiso político de alto nivel y un muy buen trabajo técnico de sus autoridades.
Por otra parte, la situación de Cuba nos debe tener doblemente contentos. Primero por su reciente incorporación al sistema global de lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo en diciembre pasado, y, segundo, por la decisión de la plenaria de GAFI de trasladarla de la lista de países con deficiencias estratégicas graves (gris oscuro) hacia una posición de seguimiento menos intensificado (lista gris clara), reconociendo de esta forma los avances técnicos y el compromiso de sus autoridades.
Efectivamente, en la plenaria de GAFISUD celebrada en diciembre de 2012 las autoridades cubanas en forma decidida manifestaron su compromiso y adhesión a los estándares internacionales al solicitar su incorporación al Grupo, lo que fue una excelente noticia y que hoy empieza a rendir los primeros beneficios para el país y para la región. A finales de noviembre de 2012, en entrevista con InfoLAFT manifesté textualmente que “(…) a Cuba no le hace bien estar aislada en la lucha contra el lavado de activos y la financiación del terrorismo, y a los miembros de GAFISUD no nos sirve que haya países de la región que no puedan contactarse con ese fin.”
Hoy reitero con más fuerza la relevancia que tiene el estar unidos –como bloque– en el tratamiento de estos temas que son globales y que requieren de la conjugación de todos los esfuerzos individuales que permitan generar la sinergia necesaria para cerrarle el paso al crimen organizado internacional que, lamentablemente, siempre va por delante de los Estados, muta rápido y no respeta garantías, derechos ni fronteras. El combate a estas organizaciones hace indispensable contar con estrategias de ataque global y simultáneo, que se dirijan a los distintos frentes del poder patrimonial y trasnacional de las mafias, con el fin de lograr una efectiva erradicación de sus redes y de la nefasta influencia de sus líderes
Como es por todos sabido, la eficacia del sistema global de combate al lavado de activos y al financiamiento del terrorismo depende, básica y fundamentalmente, del intercambio de información, de la oportunidad con que ello ocurra y de la calidad de la misma. Esto no es nada nuevo, pero siempre vale la pena recordarlo, dado que debe ser un lineamiento estratégico siempre presente en las acciones de profundización de la colaboración entre nuestros países.
Trabajo mancomunado
GAFISUD hoy es mucho más que un Grupo, es un verdadero equipo. En su seno se comparten y se interiorizan las distintas experiencias, algo que hace que la creatividad también fluya con mucha más naturalidad. Esa creatividad de la que hablo se manifiesta en las innovadoras soluciones que han encontrado los miembros para que, sin vulnerar la idiosincrasia y soberanía de los países, nos podamos ajustar a los requerimientos estampados en las recomendaciones del GAFI.
El compromiso e involucramiento de cada uno de sus miembros, la comunicación y traspaso de información cada vez más fluidos, el apoyo que los países más avanzados en ciertas temáticas dan a los más débiles, compartiendo sus experiencias, sin duda relevan la eficacia y la importancia de trabajar en equipo.
Hay tareas pendientes todavía, pero el horizonte se ve claro y despejado porque los países de la región vamos construyendo un camino cada vez mejor pavimentado para alcanzar ese futuro.
Sin ningún titubeo debo decir que tengo la convicción de que a los países que todavía presentan deficiencias y continúan bajo seguimiento, se les tomará firmemente de la mano para que en el corto plazo podamos seguir celebrando las buenas noticias obtenidas gracias al buen trabajo realizado por parte del equipo de GAFISUD.
*Tamara Agnic M. es Ingeniera Comercial y MBA. Actualmente es la Presidenta Ejecutiva de Agnic Consultores. Exdirectora de la UAF de Chile y Presidenta Pro Tempore de GAFISUD durante 2012.