Fortalecer la labor de cumplimiento es una inversión cuyos réditos son palpables tanto para las empresas como para la economía nacional, la legalidad, la equidad, la seguridad y el bienestar de los países.
Por Javier Gutiérrez López*
Los sistemas antilavado de activos, contra el financiamiento del terrorismo y contra el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva (ALA/CFT/CFPADM) no pueden concebirse sin una labor efectiva de las áreas de cumplimiento.
La fase de prevención está soportada en la misión de proteger a los diferentes sectores, subsectores y actividades económicas de la penetración de dineros de origen ilícito.
Los sistemas de administración de riesgo y la información que de estos se deriva para evitar la intrusión del lavado de activos en las empresas, determinan el rol fundamental que tienen las áreas de cumplimiento como uno de los custodios de la economía, la inversión, el crecimiento económico, el empleo, la confianza y la integridad del sistema financiero. Son la primera línea de defensa en los sistemas antilavado.
No en vano la mayoría de las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) están orientadas a fortalecer el cumplimiento normativo, mecanismo impulsor de la dinámica efectiva del sistema ALA/CFT/CFPADM.
Al respecto debo recalcar que nada se mueve sin mecanismos y la normatividad antilavado y el cumplimiento técnico son, precisamente, esa batería de mecanismos que proporcionan hojas de ruta claras que derivan en resultados efectivos y estructurales en la lucha contra las redes criminales, los grupos armados organizados, la delincuencia organizada transnacional y contra el LA/FT/FPADM.
Fortalecer la labor de cumplimiento es una inversión
Haciendo el análisis costo-beneficio, es claro que el impacto del lavado de activos en la economía tiene un costo exponencialmente más elevado que el costo de una oficina de cumplimiento robusta, e incluso, supera significativamente el costo del sistema ALA/CFT/CFPADM.
Pensemos en lo que implica para un país el incremento artificial en los precios, la competencia desleal, la afectación en las importaciones y exportaciones, la disminución de los ingresos en el sector público, la volatilidad de las tasas de cambio y de interés, la pérdida de empleos y la destrucción de empresas, la pérdida de reputación en sectores de la economía, por mencionar solo algunos de los efectos del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo en la economía y en la sociedad.
A su vez, los costos de funcionamiento que se generan en las oficinas de cumplimiento para el desarrollo de esta labor fundamental pueden disminuirse, por ejemplo, con la implementación de tecnología de punta y la formación constante del capital humano para generar de forma continua las competencias en el uso de dicha tecnología y así optimizar el uso de los volúmenes crecientes de información, aumentando la productividad y la efectividad.
Esto tiene especial relevancia en escenarios cambiantes que revelan el surgimiento de nuevas amenazas, nuevos actores ilícitos, modus operandi cada vez más sofisticados y alianzas criminales que intentan día a día abrirse paso a través de los diferentes sectores de la economía.
Fortalecer la labor de cumplimiento es una inversión cuyos réditos son palpables tanto para las empresas como para la economía nacional, la legalidad, la equidad, la seguridad y el bienestar de los países.
Las alianzas estratégicas y la comunicación fluida con pares, con el supervisor y con la UIAF se convierten en mecanismos adicionales, en capital intangible, que facilita esta labor esencial para el sistema, para generar más y mejor información, completa, disponible, accesible y efectiva.
Los efectos multiplicadores de la función de producción que suma factores como la tecnología, el capital humano y el capital intangible, dan como resultado la efectividad del área de cumplimiento, con una relación altamente positiva de costo – beneficio y, a la vez, actúan como bumerán que deriva en mayor productividad y crecimiento para las empresas y los sectores, y en bienestar para la sociedad.
Entendido lo anterior, la reactivación segura de la economía nacional en tiempos de pandemia y pos pandemia requiere de la implicación directa de las áreas de cumplimiento y del sistema antilavado como facilitador y dinamizador del crecimiento económico.
En esa medida, los sectores deben responder a las necesidades del contexto y del país otorgándole a las oficinas de cumplimiento y a sus oficiales la posición, el respeto y la independencia que merecen y requieren como actores fundamentales de los sistemas ALA/CFT.
Se trata de una labor que asocia valores como la transparencia, la pulcritud y el compromiso.
Además, refuerza el capital intangible que a la confianza suma la coordinación y la cooperación, pilares de la productividad, competitividad y el óptimo funcionamiento del sistema antilavado.
Errores de entendimiento y narrativas negativas: algunos comentarios
Cuidado con las malas señales: primero, pensar en la labor de cumplimiento como una pura formalidad es un craso error en el que no pueden caer las empresas ni los críticos del sistema.
Segundo, es una grave equivocación ver el cumplimiento como una labor que produce tensión o pesadumbre, al contrario, es una labor especializada, con altísimo conocimiento, de altísimo valor para el sistema ALA/CFT que se realiza con apasionamiento y mística por todo lo que implica para el sistema, la sociedad y el bienestar.
Un tercer error es pensar en “simplificar la base de reportantes” o creer que hay una carga excesiva de normatividad (mecanismos).
Respondemos, y así debe ser, a los estándares internacionales del GAFI (subrayo estándares porque son iguales para todos los países), cuyo objetivo es facilitar lineamientos para la implementación de sistemas antilavado robustos, capaces de proteger los intereses de la economía mundial y, por ende, de los países y de la sociedad.
Por tanto, pensar en simplificar o reducir la normatividad para supuestamente “aliviar la carga” de los oficiales de cumplimiento y del sistema, es una equivocación que puede acarrear serios inconvenientes al país y su economía.
Con respecto a la base de reportantes, esta debe corresponderse con las amenazas, vulnerabilidades y riesgos, y con el abanico de sectores, subsectores, actividades económicas y profesiones que operan en Colombia. La razón es sencilla: el objetivo es protegerlos a todos.
El cuarto error es no regular lo necesario. No debe haber discusión sobre la importancia de regular, estamos hablando de la generación de mecanismos y de un efectivo cumplimiento técnico con respecto a los estándares internacionales, condiciones necesarias para aumentar la efectividad del sistema antilavado, proteger a los sectores del LA/FT y velar por la reputación de la economía nacional.
No obstante, estas condiciones no son suficientes, ya que se requiere de instrumentos para desarrollar de la mejor forma las fases de prevención, detección, investigación y juzgamiento, tales como la ciencia, la tecnología, la investigación, el desarrollo y la innovación.
Los países deben regular hasta donde sea necesario, dependiendo del conocimiento del contexto, del entorno y de un comportamiento responsable y racional.
Hablar de sobrerregulación o sobreajuste implica que una normativa no es necesaria; es decir, que se está implementando en un contexto donde los riesgos son cero. Ese no es el caso de Colombia y seguramente tampoco de la región (GAFILAT).
Para evitar la sobrerregulación existen instrumentos como las ENR, las tipologías, los estudios estratégicos y los referentes internacionales, que brindan todos los elementos, conocimiento, para la toma de decisiones y el diseño de políticas.
El país ha dado grandes pasos para robustecer el sistema antilavado. La reputación ganada en el escenario internacional es el resultado de un esfuerzo continuo que incluye la consolidación de un marco normativo antilavado que se fortalece de forma constante, no solo para alinearse con los estándares internacionales del GAFI, sino para cumplir con una sociedad que demanda una economía creciente, saludable y libre de recursos ilícitos.
Esa reputación se ha logrado, además, a partir de la efectividad en la prevención y detección, que se derivan de la información originada en las áreas de cumplimiento.
La reputación es el más valioso tesoro y como tal debemos cuidarla, sigamos trabajando para fortalecerla y consolidarla, no podemos aflojar. En este sentido, cuidado con los errores de entendimiento y las narrativas negativas y peligrosas.
Proyectos e instrumentos de la UIAF para apoyar la labor de cumplimiento
Desde la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) hemos impulsado proyectos y desarrollado instrumentos estratégicos para respaldar el trabajo de los oficiales de cumplimiento, tomando como base la implementación de tecnología de alto nivel.
Muestra de ello es el próximo lanzamiento del Sistema de Reporte en Línea (SIREL) en la versión 3.0, una nueva plataforma pensada para todos los sectores reportantes y que facilita de forma considerable el cargue y envío de información a la Unidad.
Otro proyecto importante que supondrá un avance sustancial en la manera de identificar las amenazas, vulnerabilidades y riesgos es la Evaluación Nacional del Riesgo Digital (ENR) que, como lo he dicho en ocasiones anteriores, supone un escalón superior en el cumplimiento de la Recomendación 1 del GAFI al sistematizar las ENR, hacerlas más periódicas y generar diagnósticos completos y oportunos para el diseño de políticas públicas antilavado.
Este proyecto, que tendrá su prueba piloto a finales de este semestre, está sustentado en una plataforma digital a través de la cual se podrá diligenciar la información desde cualquier lugar del país, ampliando así la base de participantes, mejorando la completitud de los datos y reduciendo costos.
Dentro de los productos académicos, realizamos la Compilación de Tipologías 2020 que incluye 183 modus operandi de lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
El documento actualiza tipologías identificadas por la UIAF y por organismos internacionales como el GAFILAT, e incluye nuevas tipologías detectadas en los últimos años. Este año, ampliamos esa base de tipologías incluyendo 27 nuevos modus operandi detectados en el marco de la pandemia.
Otro de los productos importantes para la labor de cumplimientoes la Guía de Normatividad que explica los reportes que deben enviar a la UIAF los sujetos obligados, de conformidad con las normas vigentes.
La Guía de buenas prácticas del Reporte de Operaciones Sospechosas ROS también es un documento práctico, diseñado para mejorar la calidad de la información suministrada a la UIAF, que explica todos los elementos que debe contener un reporte de operación sospechosa ROS para que se convierta en un insumo de valor para la inteligencia financiera.
Como colofón, las Notas ALA/CFT fueron concebidas para aportar conocimiento sobre el sistema ALA/CFT desde una perspectiva técnica y holística. A la fecha hemos publicado en la página web 22 Notas ALA/CFT que se han convertido en una fuente valiosa de información para todos los actores del sistema ALA/CFT.
Estos productos se han complementado con una estrategia de capacitación que incluye los talleres de Juego de Roles, en donde los reportantes tienen la posibilidad de asumir el rol de analistas de la UIAF para comprender las necesidades de información de la inteligencia financiera.
También destaco los Foros UIAF, en los que han participado de forma activa 2350 profesionales de áreas de cumplimiento y otras capacitaciones que han contado con la asistencia de más de 2300 personas.
El diseño e implementación de los Indicadores del ROS se suman a esta importante batería de recursos para retroalimentar y apoyar la labor de cumplimiento, un instrumento más que refuerza las estrategias que contribuyen a mejorar la calidad de la información, la efectividad y la robustez del sistema antilavado.
El Indicador de Completitud del ROS (ICROS), el Indicador de Participación del ROS (IPROS) y el Indicador de Efectividad del ROS (IEROS) se difunden a los sujetos obligados a través del SIREL y son enviados a los supervisores de manera trimestral. El objetivo es mantener la retroalimentación con respecto a la calidad y efectividad de la información reportada.
Esta es la nueva manera como retroalimentamos a todos los sectores y supervisores que hacen parte del SDE.
Es un diálogo permanente, en línea con la Recomendación 34 del GAFI (Guía y Retroalimentación), pero además un instrumento necesario para determinar y subsanar debilidades en la calidad de la información que fluye al interior del sistema, potenciando así la efectividad desde la fase de prevención.
Responsabilidad compartida
Más allá de lo que conlleva el cumplimiento de la Ley, de la Recomendación 18 del GAFI (controles internos y filiales y subsidiarias) y de su nota interpretativa con respecto a los programas de las instituciones financieras contra el LA/FT, es importante respaldar esta labor impulsando de manera permanente la capacitación de los oficiales de cumplimiento.
Su rol demanda conocimiento actualizado sobre las amenazas, vulnerabilidades y riesgos de su sector, subsector o actividad económica.
Requiere, igualmente, entendimiento sobre el funcionamiento del sistema ALA/CFT, las necesidades de información en cada fase, los estándares internacionales, la debida diligencia y el conocimiento del cliente y el Enfoque Basado en Riesgo, entre otros temas.
Además, necesita un soporte tecnológico que avance con los retos de la coyuntura, capaz de anteponerse a las amenazas y optimizar la labor de cumplimiento.
La responsabilidad de todos los actores del sistema ALA/CFT y de las organizaciones es apoyar este trabajo, cerrar las brechas regulatorias que aún existen, retroalimentar a los oficiales de cumplimiento, capacitarlos, y sobre todo, respetar y reconocer su encomiosa labor.
Espero que Colombia siga avanzando en este y otros aspectos ALA/CFT. Aumentar y fortalecer la base de reportantes a aquellas actividades exigidas por los estándares del GAFI es ampliar los ojos vigilantes del sistema antilavado en más sectores, subsectores y actividades económicas, por ende, representa mayor control, más información y mejores resultados para la protección de la economía nacional, el desmantelamiento de las organizaciones criminales y el bienestar de los colombianos. Rodiemos de forma positiva el quehacer del oficial de cumplimiento y de todo el sistema ALA/CFT/CFPADM.
*Director de la Unidad de Información y Análisis Financiero UIAF