Durante la semana pasada la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional incautaron 120 propiedades y cerca de 1.000 semovientes (entre vacas, caballos y cerdos) al Clan del Golfo, al entorno familiar de los hermanos Castaño Gil y a la estructura criminal Cordillera. La suma total de los bienes ocupados con fines de extinción en ocho departamentos del país podría ascender a COP 120 mil millones.
El golpe a ‘La Cordillera’
Tras cinco años de acumulación de activos ilícitos, el 5 de noviembre de 2015 murió asesinado en Pereira (Risaralda) Jhon Jairo Jaramillo Sánchez, alias Meme, uno de los máximos cabecillas de la estructura criminal Cordillera en el Eje Cafetero y norte de Valle del Cauca. Desde ese momento, la fiscalía y la Dijín de la Policía Nacional intensificaron las labores para detectar el patrimonio del señalado delincuente y descubrieron que estaba a nombre de su más cercano núcleo familiar y un grupo de conocidos.
Los investigadores identificaron 43 propiedades que alias Meme habría adquirido con los dineros que la Cordillera percibía por el tráfico de drogas y que servían para dar apariencia de legalidad a los recursos ilegales de los distintos cabecillas de la organización.
Los bienes, que ascenderían a COP 45 mil millones, fueron ocupados en Medellín (Antioquia), Pereira (Risaralda) y Santa Marta (Magdalena). Hay 32 inmuebles entre los que se encuentran varios apartamentos de lujo, siete vehículos, tres sociedades y un establecimiento comercial.
De entre los bienes raíces sobresalen dos hoteles, el Palma Blanca del Mar ubicado en el sector de El Rodadero en Santa Marta, y otro localizado en el barrio El Poblado, en el suroriente de Medellín. Además, fueron afectadas dos estaciones de servicio que funcionaban en la Autopista del Café, entre Pereira y Armenia, y la sociedad Sky Plus Medellín S.A.S., cuya sede principal está avaluada en COP 800 millones.
El golpe al Clan del Golfo
En noviembre de 2017 fue abatido Luis Orlando Padierna Peña, alias Inglaterra, uno de los cinco cabecillas principales del Clan del Golfo, hecho tras el cual se puso al descubierto una red de corrupción que facilitaba los traslados de ‘Inglaterra’, suministraba armamento y víveres, y compraba propiedades para legalizar los activos ilícitos de la estructura criminal. Dentro de este entramado estaba el entonces mayor de la policía Héctor Fabio Murillo, quien fue capturado y está condenado por los delitos de concierto para delinquir y prevaricato por omisión.
El proceso contra el oficial develó un número importante de bienes que estarían a su nombre y que habrían sido adquiridos con los dineros que alias Inglaterra le entregó por su ayuda o le confió para que fueran invertidos en diversos negocios. Esos bienes, y otros en los que figurarían como dueños familiares y subalternos de alias Inglaterra, fueron identificados y afectados con medias cautelares de extinción de dominio que impuso la Fiscalía. En total son 42 inmuebles, nueve vehículos, cuatro establecimientos comerciales, una sociedad y algo más de 400 semovientes que, sumados, costarían COP 50 mil millones.
Estos procedimientos se cumplieron en Medellín, Jericó, Sabaneta, San Luis, Carepa, Necoclí, Dabeiba, Guarne, San Jerónimo, Sopetrán y Chigorodó (Antioquia); Ibagué y San Luis (Tolima); Cúcuta y Chinácota (Norte de Santander); y Guacarí (Valle del Cauca).
Dentro de todo el acervo de bienes incautados llaman la atención dos fincas en Antioquia una llamada El Paraíso, ubicada en San Jerónimo en la que alias Inglaterra organizaba celebraciones personales, y otra denominada El Encanto, localizada en Jericó y que habría sido utilizada por el cabecilla del Clan del Golfo para almacenar dinero y armas, y en la que supuestamente se cometieron homicidios.
Otras de las propiedades rurales y sociedades que aparecían en los instrumentos de registro a nombre de los familiares de Inglaterra declaraban tener extensiones superiores a las 100 hectáreas que no generaban ninguna ganancia comercial. Sin embargo, se mantenían al día y hacían parte del elevado patrimonio de personas que no realizaban actividad económica, por lo que la fiscalía presume que se sostenían con recursos ilícitos.
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El golpe Carlos Castaño Gil y sus hermanos
Como parte del plan macro rastreo de los bienes de los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño Gil, reconocidos fundadores y jefes de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia, la fiscalía y la policía ocuparon 21 inmuebles, cerca de 600 bovinos y 18 equinos con fines de extinción de dominio. Los bienes, avaluados en COP 25 mil, están ubicados en Segovia, San Pedro de Urabá, Arboletes y Amalfi (Antioquia), Tierra Alta y Montería (Córdoba) y Bogotá.
Al parecer, muchas de estas propiedades harían parte de ese denominado anillo de fincas que desde sus orígenes los grupos de autodefensas empezaron a adquirir o les arrebataron a los pobladores de Córdoba y Urabá. Las hectáreas de tierra fueron unidas y habrían sido utilizadas como campos de entrenamiento armado o para ocultar las evidencias de los crímenes que cometieron estas organizaciones en la región.
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