Los oficiales de cumplimiento deben tener claro que la firma del acuerdo de paz que realizarán en unas horas el presidente Juan Manuel Santos y alias ‘Timochenko’ será un hito en la historia de Colombia, pero ese hecho de ninguna manera reducirá su trabajo en lo que respecta a la prevención del lavado de activos y la financiación del terrorismo.
Cuando el presidente Juan Manuel Santos le informó al país que su administración iniciaría diálogos con la guerrilla de las Farc pronunció una frase que llamó mucho la atención: ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’. Esa máxima significaba que solo hasta la finalización del proceso se tendría certeza de lo que realmente se acordó y de los cambios que ello traerá.
En otras palabras lo que Santos dijo fue que todo sigue igual hasta nuevo aviso. Y si bien ya se conocen los textos del acuerdo final, ese mensaje debería continuar en la mente de todos los oficiales de cumplimiento para evitar cometer errores una vez comience el denominado posconflicto.
Además, un principio fundamental que deben considerar los oficiales y analistas es que no habrá una ‘hora cero’ a partir de la cual se modifiquen las políticas de prevención del LA/FT. Los cambios se harán de forma progresiva y tomarán su tiempo.
A continuación unas reflexiones que todo oficial y analista de cumplimiento debe tener en cuenta.
Los ROS siguen siendo los ROS
Mañana, una vez se hayan firmado los acuerdos, debe ser un día común y corriente en las oficinas encargadas de gestionar el riesgo de LA/FT. Claro, algunos oficiales y analistas de cumplimiento estarán emocionados por el hecho histórico, mientras que otros, más críticos, tendrán muchas preguntas y objeciones, pero en concreto la tarea de prevenir el delito seguirá teniendo la misma importancia.
Además, los oficiales de cumplimiento no pueden olvidar que tienen que seguir reportando las operaciones sospechosas que encuentren y muchas de estas, con seguridad, se detectarán luego de la firma de los acuerdos. Pero no importa, las operaciones de este tipo no caducan y por ello la entrega de estos ROS no se puede omitir.
Cabecillas no saldrán de inmediato de las listas
Varios de los principales líderes de las Farc están reseñados en listas internacionales de lavado de activos y de terrorismo, y es muy poco probable que por el solo hecho de suscribir un acuerdo sean retirados de forma inmediata de esos listados.
Los países que promueven esas listas, entre ellos Estados Unidos y los de la Unión Europea, manejan sus propios procesos y es previsible que se tomen su tiempo para evaluar si las condiciones han cambiado antes de precipitarse a hacer borrón y cuenta nueva.
Por ello, este tipo de información debe seguir siendo utilizada por los profesionales de cumplimiento en la gestión de riesgo de LA/FT al interior de sus entidades de la misma manera como lo han hecho en todos estos años.
Se va un enemigo, pero otros se pueden fortalecer
En lugar de relajarse hay que estar mucho más alerta porque el espacio que dejarán las Farc posiblemente tratará de ser ocupado por otros grupos delictivos que participan en actividades ilegales como el tráfico de drogas, la extorsión, la minería ilegal y el contrabando, entre otros.
Si bien las Farc son un agente ilegal importante contra el Estado, no son los únicos. Quedan el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las denominadas bandas criminales (entre ellas ‘la Oficina de Envigado’ y el ahora denominado ‘Clan del Golfo’), así como los demás grupos delincuenciales organizados que azotan las principales ciudades del país.
No habría grandes cambios en las normas
Es casi imposible que alguna entidad de supervisión modifique su circular para eliminar la obligación de conocer al cliente, de aplicar metodologías de gestión de riesgo, de hacer seguimiento a las operaciones o de reportar las transacciones sospechosas. Estos principios, básicos para prevenir el LA/FT, muy seguramente continuarán vigentes en el posconflicto.
El Sarlaft, el Siplaft, el Sipla y los demás sistemas de prevención no van a desaparecer, y tampoco se prevé que haya una especie de amnistía que legalice los recursos obtenidos por las Farc en sus años de acción criminal.
Lo que sí es posible es que se incluyan nuevos delitos fuente del lavado de activos, que se haga imperativo para todos los sectores implementar la gestión de riesgo, que se pida más calidad en los ROS, que haya nuevos sectores obligados y que los supervisores sean más exigentes en las visitas.
Dicho esto, los oficiales y analistas deben estar atentos a los cambios en las normas para ajustar sus procedimientos, pero no pueden esperar una reinvención de la rueda por parte del Gobierno.