Hace pocos minutos el director de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), Luís Edmundo Suárez, presentó su renuncia al Presidente de la República. Estas son las razones de su dimisión.
Hace una semana la publicación británica The Economist, una de las más influyentes del mundo, reabrió el debate acerca de la dimensión de la riqueza de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), al revelar en un artículo titulado Unfunny Money que con corte a 2012 esa agrupación ilegal tenía una riqueza aproximada a los 33 billones de pesos.
La fuente, según la misma publicación, fueron unos ''analistas del gobierno'' quienes tenían un estudio reservado.
Ante el revuelo causado por ese artículo y por la magnitud de la cifra provino luego un pronunciamiento del propio presidente Juan Manuel Santos, según el cual ''me puse a averiguar cuáles podrían ser esos miembros del Gobierno o analistas del Gobierno, y no los he podido encontrar''.
El Jefe de Estado agregó que no había información de ese tipo ''ni en el Ministerio de Defensa, ni en la inteligencia del Ejército, ni en la inteligencia de la Armada, ni en la Uiaf, ni en el Ministerio de Hacienda, ni en la Dian''.
Pues bien, la verdad es que la información sí existía y fue filtrada a The Economist por el director de la Uiaf.
En un comunicado de prensa publicado esta mañana por la Uiaf y por medio del cual el alto funcionario da a conocer su renuncia, se lee que el pasado 3 de marzo el director de la Uiaf ''concedió una entrevista off the record a la corresponsal de The Economist en Colombia, una condición que durante estos cinco años ha sido política de la entidad para recibir a los medios de comunicación'' y que allí ''se mencionó un rango de cifras sin validez técnica''.
De ese aparte del comunicado se puede interpretar que ¿la Uiaf se reunía con periodistas de manera informal y allí les entregaba -o por lo menos mencionaba- datos de estudios reservados? La pregunta queda abierta.
Adicionalmente y quizá el detonante que derivó en la renuncia de Suárez fue el hecho de ocultarle tanto al presidente Santos como al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que esa reunión periodística sí había tenido lugar.
Solo hasta ayer 22 de abril ambos funcionarios del Ejecutivo fueron informados.
Dicho esto y a manera de contexto, resulta paradójico que en 2013 el director de la Uiaf entrara en una disputa judicial con la Contraloría para no entregarle información argumentando que esta gozaba de absoluta reserva, y en cambio sí entregue información a periodistas extranjeros en reuniones informales.