En días recientes el gobierno del Reino Unido inauguró un organismo gubernamental de asesoramiento sobre ética en el manejo de datos e inteligencia artificial. El Centro de Ética e Innovación de Datos (Cdei, por sus siglas en inglés), anunció que publicará el mes próximo un documento de estrategia completo en el que se describen los planes para su fase inicial.
El Cdei es dirigido por una junta de miembros expertos en la investigación y consultoría en temas de cómo maximizar los beneficios de las tecnologías que utilizan datos como insumo fundamental, incluida la inteligencia artificial (AI), sin renunciar a los principios éticos que rigen toda actuación pública.
De esta manera, el Centro de Ética e Innovación de Datos identificará las medidas necesarias para fortalecer y mejorar la forma en que se utilizan los datos y la inteligencia artificial y las dará a conocer en forma de mejores prácticas y guía al gobierno de cómo debe abordar las posibles brechas en el panorama regulatorio.
Según comentó el gobierno británico al presentar este organismo, “el centro desempeñará un papel pionero en la configuración de la forma en que se utilizan los datos y la inteligencia artificial, ahora y en el futuro, y garantizará que las innovaciones basadas en datos y en la inteligencia artificial proporcionen los máximos beneficios para la sociedad”.
Una justificación más detallada de la existencia del centro se encuentra en la página del organismo, en donde se explica que las tecnologías basadas en datos están desempeñando un papel cada vez más importante en nuestro mundo, desde la forma en que encontramos información en línea hasta la forma en que diagnosticamos enfermedades, transformando muchas áreas diferentes de nuestras vidas de manera profunda y positiva.
Sin embargo, también se dice que “estas nuevas tecnologías y aplicaciones plantean complejas cuestiones éticas y económicas que deben abordarse para garantizar que funcionen en beneficio de las personas y la sociedad”.
Es cierto que Reino Unido tiene una legislación y unos regímenes regulatorios que ya proporcionan las bases esenciales para abordar los desafíos planteados por los datos y las tecnologías habilitadas para datos. No obstante, el objetivo está fijado en "aprovechar todo el potencial de estas tecnologías a través de la capacidad del gobierno para identificar y abordar las áreas donde se necesitan directrices o regulaciones más claras, ahora y en el futuro”, concluyó el gobierno británico.
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