Un informe de 2017 de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), dirigido a la Fiscalía General, puso la lupa sobre una posible empresa fachada.
El uso de empresas fachada para dar apariencia de legalidad a recursos con orígenes ilícitos es una antigua tipología de lavado de activos. Pero no por antigua ha perdido vigencia.
De hecho, según un reporte periodístico publicado por El Espectador, parece que esa fue la modalidad utilizada por el empresario Álex Saab para mover millonarios recursos.
La nota de prensa, que se basa en el documento de acusación, señala que en enero de 2017 la Uiaf puso en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación que Saab estaría incurso en “investigaciones por presuntas irregularidades de comercio exterior hacia Venezuela”.
En el documento se hizo referencia, por primera vez, a la empresa Shatex, de la que Saab era representante legal, accionista y miembro de la junta directiva y por medio de la cual “logró mover más de USD$135 millones [de dólares] haciéndolos pasar por importaciones y exportaciones que habrían sido ficticias”.
Crecimientos inusuales: primera alerta
El Espectador revela que entre 2004 y 2006 los ingresos de Shatex habían mermado en más del 33%.
Sin embargo, entre 2007 y 2009 la empresa “tuvo un repunte súbito” de casi 10 veces en sus ingresos. Ya en el año 2010 la sociedad dejó de existir formalmente.
Lo extraño fue que en ese mismo año “realizó exportaciones por más de $530 millones de pesos que no declaró en renta, y en 2011 sacó de Colombia $2.040 millones a través del mercado cambiario”.
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El detalle de las presuntas exportaciones ficticias
Uno de los puntos que más llamó la atención de la Fiscalía, sugiere El Espectador, es que entre 2004 y 2008 la empresa Shatex realizó compras en el extranjero por poco más de $9.000 millones de pesos, pero los registros muestran transferencias al exterior por más de 35.000 millones.
Según declaraciones de la fiscal del caso, Maritza Chavarro, citadas dentro del reporte de prensa, Shatex sustentó la diferencia –cercana a los 25.000 millones de pesos– bajo el concepto de exportaciones anticipadas, pero estas nunca ingresaron a Colombia.
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Además, “la Fiscalía encontró que muchos de los supuestos proveedores de Shatex ni siquiera existen. Tal es el caso de siete empresas panameñas a las que Saab reportó haberles hecho negocios internacionales, pero, tras consultar con ese país, se pudo determinar que las compañías no son reales”.
El documento de acusación también señala que en otro momento Saab habría ingresado USD16 millones de dólares a Colombia (provenientes de Venezuela) por concepto de reintegro de divisas por exportaciones.
No obstante, la Fiscalía “encontró que los compradores internacionales no concuerdan con los nombres que Shatex registró en las declaraciones de exportaciones”.
¿Qué paso con ese dinero? El informe periodístico revela que fue sacado de Colombia, con posterioridad, a través de pagos anticipados de importaciones.
