El día de ayer la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, dijo en su discurso en el Foro Económico de Davos, Suiza, que “el Bitcoin tiene que ser regulado para evitar que se use como vehículo para financiar el crimen organizado y el terrorismo”.
Asimismo, May dejó entrever que es probable que el país emita una regulación estricta en el corto plazo: “debemos revisar muy seriamente las criptomonedas como el Bitcoin, precisamente por la manera en que pueden ser usadas por los criminales”, anunció.
En el mismo contexto, el canciller británico, Phillip Hammond, también se refirió el tema y dijo que “el mundo debe ser cauteloso con el Bitcoin” porque esta criptodivisa se está convirtiendo en un paraíso para traficantes de armas y de narcóticos. Por eso mismo, Hammond fue enfático en decir que los Estados aún están a tiempo de emitir regulación antes de que las monedas virtuales desestabilicen el sistema mundial.
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En una entrevista con Bloomberg, el canciller dijo que "lo que es realmente importante es que al regular las criptomonedas no se restrinja la inadvertidamente el potencial de la tecnología subyacente, la tecnología blockchain, que tiene una aplicación más amplia e importante".
Esta iniciativa del alto gobierno británico obedece a que cada vez hay más signos de que los bancos y otras entidades financieras legales empiezan a moverse hacia la nueva tecnología. Además, ya se sabe que el Banco de Inglaterra tiene en sus planes crear su propia criptodivisa.
Se espera que la regulación de Bitcoin y otras criptomonedas se discuta de forma pormenorizada en la cumbre del G20 que se llevará a cambo en noviembre próximo en Argentina.
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